martes

Maquillador


Pink Floyd - The Great Gig In The Sky
("La Belleza Traicionada - Claudio Rodrigue Lanfranco)
Hoy no tengo ganas de nada. Alto y claro puedo decir que hoy me he levantado con el pie izquierdo, y nunca mejor dicho, pues fue el primero que puse en el suelo al bajarme esta mañana de la cama cuando aquel trueno estremecedor me tiró de ella. Sonó tan aterradoramente que pensé que el techo de la habitación se me venía encima. Eso fue milésimas de segundos antes de que sonara la alarma despertador del teléfono móvil que tengo programada a las 7 am en punto, ni un segundo antes ni un segundo después.
Yo soy así, puntilloso y metódico en todo. Por eso cuando esta mañana fue el trueno en lugar de la alarma lo que me sacó del sueño, y además de una manera traumatizante, he presentido que el día que tengo por delante no va a ser de los más gratificantes.

Antes que nada, y aún en pijama y zapatillas me voy a la cocina a preparar la cafetera y dejarla al fuego. Café negro y espeso, amargo y fuerte, que así es como a mí me gusta (“hijo te tomas unos cafés que se podrían cortar”-diría mi madre), y mientras se hace, yo me voy al cuarto de baño y procedo a mi acicalamiento. En primer lugar vierto aguas menores y me doy una buena ducha caliente. Cuando estoy en el procedimiento de secarme ya oigo silbar la cafetera. Rápido vuelvo a la cocina a echar el café en la taza y de de nuevo al baño, a saborearlo mientras me afeito ante el espejo, algo que realizo con mucha agilidad, dado la cantidad de personar a las que he afeitado a lo largo del tiempo que he permanecido (y espero permanecer), en mi trabajo.
Aunque verdaderamente soy Bibliotecario Informatizado, me vi obligado...
, por circunstancias de la vida a tomar este trabajo que se me ofrecía de Maquillador, haciendo en ocasiones las veces de Esteticista, para ayudar a mejorar su aspecto a aquellas personas que van asistir a un evento muy importante.
Tengo que reconocer que este trabajo es de los últimos que yo habría querido desempeñar. No es de mi estilo ni goza de mis preferencias ni agrado, pero cuando la necesidad obliga te agarras a lo primero que puedes. Y eso hice yo.
Y la verdad es que no me arrepiento, pues al final he sentido que es un trabajo gratificante. Ya he perdido la cuenta de los afeitados que han realizado mis manos, lo mismo a señores ancianos que a los no tanto, acaudalados o humildes. Un buen afeitado lo necesita todo el mundo.
Me quedo muy satisfecho conmigo mismo cuando he conseguido cambiar la fealdad del cliente por una cierta belleza. A veces cuesta, pero eso es lo que se espera de mí y por lo que cobro.

Por la ventana entreabierta del baño escucho como cae del cielo el agua a raudales. Eso significa que las vías de circulación estarán anegadas, y como consecuencia, el tráfico será infame. Tardaré como media hora más en llegar al puesto de trabajo y hoy, precisamente hoy, tengo la primera cita con el cliente a las 8 de la mañana y a la que no me puedo demorar. Se trata de un señor que tiene el evento a las diez. Me llamaron ayer en la tarde, ya casi anochecido para ver si podía atenderlo y por supuesto que yo acepté. Ni siquiera se me pasó por la cabeza rechazarlo a pesar de que me advirtieron que no se trataba tan sólo de un afeitado, pues tengo por norma que los clientes son lo primero de todo.
Al señor había además que cortarle un poco el pelo, hacerle la manicura y recortarle el bigote. Por lo visto se trata de alguien importante. Estos son los más presumidos. El asistir impecables a cualquier sitio es primordial para ellos.

Ya he terminado de afeitarme yo. Me miro al espejo y creo que me voy a dar una buena capa de crema hidratante, que tengo hoy la piel muy seca. Esto me recuerda a las señoras a las que arreglo y maquillo. La mayoría de las que trato tienen la piel demasiado reseca, algunas, casi apergaminada y que necesitan más que otras de mis retoques. A ellas también les pongo una buena capa de crema hidratante y sobre ésta una base de maquillaje de un tono semejante a la piel como color de fondo, y otro un poco más claro que uso como corrector. Las señoras mayores suelen tener muy acentuadas las ojeras y a veces, vete tú a saber por qué motivo, los pómulos muy prominentes y mal color de tez. Todo esto hay que corregirlo, lo mismo que las narices afiladas. También las peino e incluso les tiño el pelo, les hago la manicura y les pinto las uñas de acorde al tono de labios que les haya puesto. Así se van satisfechas ellas y satisfecho quedo yo. Aunque no me lo dicen, pues los clientes son así, que les cuesta soltar un halago, yo sé que en el fondo me lo agradecen y quedan contentos.
Sí, es un trabajo gratificante. A veces.

Hoy, como ya he dicho, me he levantado con el pie izquierdo y lo he notado nada más llegar a mi “salón de belleza”. Como bien predije, he llegado más de media hora tarde, por lo que al señor que tenía la cita lo ha atendido una compañera y como contrapunto yo tengo que atender al cliente de ella, citado para media hora después del mío. Así que ya he recibido el primer revés, pues se trata de un joven adolescente, que de antemano sé el trabajo que me va a dar, y no sólo por el estado en que se ha presentado, sino porque además de ser pulcro y detallista soy muy humano, y hay situaciones que me pueden y que me cuesta afrontar.
Cuando el joven ha llegado a mí ya venía de ser atendido por mis compañeros que lo han aseado, y se han encargado de proporcionarle la ropa adecuada. Yo me tengo que limitar solamente a su aspecto físico, pero creo que lo voy a tener muy difícil. Su situación es precaria. Lo primero que he hecho es colocarle el piercing que mis compañeros le habían quitado de la ceja para que se las depilara, porque hoy los hombres, al igual que las mujeres se depilan las cejas. Como tiene el pelo cortado al uno, no necesita peinado ni retoques en él. Luce un color muy natural, así que tampoco precisa grandes dosis de maquillaje. La juventud, ya se sabe, necesita de pocos cosméticos, pues gozan de esa belleza nata que ningún potingue puede sustituir. Tiene unos bonitos ojos almendrados y negros. Grandes. Le poco un poco de polvo de kool negro entre las pestañas del bajo párpado, pues se me antojan ojos morunos. Le quedó perfecto.
Un rosa natural en los labios, casi imperceptible y lo más sencillo ya está listo.


Ahora toca la parte más difícil, la más laboriosa, la que más me duele internamente: tengo que hacer invisible esa gran brecha que le recorre la frente y parte de la sien, que mis compañeros han lavado para eliminarle la sangre y cosido con hilo invisible para disimularla. Pero no es suficiente.
Pacientemente voy tiñendo cada hilo de los puntos con un maquillaje del tono adecuado. Atento, despacio, poniendo todos mis sentidos en ello, como si estuviera realizando una obra de arte, que es al fin y al cabo yo que yo creo que hago, y no sólo por el resultado, sino por el amor que pongo en ello. Todo queda perfecto, casi natural.
Con ayuda de mis compañeros lo colocamos en lo que será su último lecho y lo pasamos a la sala en la que sus familiares les dirán su último adiós.

Dije antes que este trabajo me resultaba a veces gratificante pero también muchas veces duro.
Este es uno de los casos duros. En estos casos los familiares no se suelen comportar como cuando el cliente es mayor, que dentro del dolor se complacen en la plácida apariencia que presentan, (“está tan natural que parece que está vivo-a” “cuanta serenidad muestra su rostro, se ve que ha descansado”) sino que para ellos, y como el lógico, la única consciencia que les es permitida es la de la impotencia ante la vida del ser querido arrancada de sus brazos prematuramente.
En estas ocasiones yo me retiro a un rincón y lloro como ellos, como si el cliente al que acabara de maquillar fuera también algo mío.
Luego me reconforta el pensar que con mis manos he procurado evitarles una última visión impactante del ser perdido. Pero no es suficiente. Yo me sigo sintiendo mal.

Me vuelvo a casa con una pesada losa sobre mi espalda y el teléfono móvil conectado por si necesitan otra vez mis servicios.

A veces es duro ser Maquillador de Cadáveres.

50 comentarios:

  1. Vaya, amiga, como nos has conducido al terrible desenlace...

    La verdad es que algunas profesiones "tienen tela"...

    Un abrazo, amiga

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  2. Que bueno Verdial, como nos llevas y nos traes como te da la gana y de que manera.

    Profesiones hay desde luego para todos los gustos y hay que verles lo bueno si no la loza no nos la quita nadie de encima


    Besos guapa

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  3. Verdial es fantástico el relato, tanto es así, que me dije:

    - ¿Estoy en el blog de Verdial? o se ha convertido en hombre, jeje;-) Qué susto me he llevado, por cierto has dejado muy lindo tu blog, ahora estoy en mi blog de "pelusa", pongo poemas de los grandes poetas, de momento no soy capaz de escribir nada, voy a dejar pasar un tiempo.

    un fuerte abrazo y gracias por tus palabras dejadas en mi blog.

    Maite

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  4. Perdona Verdial estaba en mi otro blog, soy María Teresa Alejandra Francesca, la del blog "ni un puntito..."

    besossssssss

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  5. Un trabajo como otro cualquiera, claro que hay que tener prestancia, pero que cosa no necesita de ella en esta vida... al menos, donde vayamos, iremos de punta en blanco. Hay que sonreirle a la muerte como a la vida, la una va indiscutiblemente unida a la otra...

    Abrazzzusss

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  6. Hola, Verdial. Menudo relato, hoy me sentía un poco mal por un temita desagradable del trabajo, ahora despues de leer esto y meterme en la piel de este maquillador tan especial, veo que no puedo quejarme, aunque como todo habra trabajadores vocacinales en este terreno, en algunas ocasiones debe ser muy duro. Saludos y felicidades por el blog, voy a seguir leyendo algunas otras hisotorias!

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  7. Hola guapi! veo cambios bonitos en tu casita, el lugar está renovado pero se sigue estando muy agustito, me gustaaaaaaaaaaaaa!
    En cuanto a tu post de hoy, precioso, sabes que el tema laboral para mi es....muy importante, he escrito miles de post sobre el tema, debe ser deformación profesional jejejejeje.Me ha gustado mucho este escrito, da para refelexionar mucho, que es lo que a mi me gusta jajajaja.Como tengo muy reciente el "tengo una pregunta para usted" de ayer, mejor me voy a callar para no hablar de más o decir cosas politicamente incorrectas, pero los sindicatos ayer dieron pena y también el de la patronal. A mi entender, algo ha desaparecido entre trabajadores, sindicatos y patronal y hasta que "eso" no vuelva a reaparecer , esto no tiene solución es sólo bla, bla y más bla.
    Un abrazote y chapó por tus escritos, me tienes ganada y rendida ante tu arte jajajajaja, ante tu buen hacer.
    Buen puente de los santos.Muacksssss

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  8. Magnífico relato.
    Yo tuve una alumna cuya vocación por ser maquilladora de cadáveres era tan fuerte como misteriosa para todos los profesores del instituto, es que no lo dudaba la chavala, que era guapísima, alegre y encantadora, qué cosas.

    Eres mi seguidora nº 100.Me complace mucho.

    Un besico muy cariñoso, me encantan los vrdiales y soy una admiradora rendida del arte de Julio Romero de Torres.

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  9. Amiga, me dejaste impresionado con lo que dejaste escrito... Bendito sea que todo salio bien al fin...

    Por otro lado, si, el joven que estaba al lado de la muchacha rubia era Antiqva...

    Je,je,je

    Hace ya demasiados años, por cierto.

    Un abrazo

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  10. Hola mi querida Verdial.

    Primero que nada leo que Málaga ya estuvo por aquí,cuanto me alegro,es una persona sensible y una artista.

    En cuanto a tu relato es conmovedor a veces en manos de terceros a quienes ni conocemos el destino o la vocación les da la oportunidad de ofrecer cierto alivio en horas difíciles y duras,una mano que nos puede dar el consuelo de la ultima imagen de nuestro ser querido,y te digo esto por segunda vez con los ojos húmedos de emoción.

    Un enorme abrazo.

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  11. Tu relato me ha parecido apasionante ,sereno , intenso y con un final lleno de vida .
    Un beso .

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  12. Yo he visto el cadaver de un ser queridó antes y después de maquillarle y te puedo decir que vuestro trabajo evita un dolor aun mayor a los seres queridos del difunto.Gracias por embellecer la cara terrible de la muerte.
    Tiene que ser durísimo este trabajo por eso yo te mando mi apoyo más sincero.

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  13. Buenas, sé que no tengo perdón por no pasarme, pero el tiempo lo tengo muy limitado. Hoy estoy dedicándole tiempo a difundir este mensaje:

    Acudo a tu blog a que me ayudes solidariamente a difundir este mensaje:

    http://circuloscerrados.blogspot.com/2009/10/centros-tic-tac-tic-tac-de-la-ceja.html

    GRACIAS

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  14. Como siempre tu relato duro y genial. Yo hoy también me levanté con el pie izquierdo y en el trabajo no he rendido nada.

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  15. ""Cuando yo me muera
    te pido un encargo:
    que con las trenzas de tu pelo negro
    me amarren las manos""

    Seguiriya popular grabada por Manolo Caracol, entre otros.

    Saludos flamencos

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  16. Buen relato, me has confundido con la música, pero por ello es mejor, me ha sorprendido.

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  17. Madame, a mi me resultaria durisimo!
    Viviria en una continua depresion, y no habria dinero en el mundo para pagar tanto mal trago. Hay que valer. Como para todo arte.

    Veo que ha cambiado un poco la tonalidad de verde!

    Feliz fin de semana

    Bisous

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  18. Como ya te han dicho otros, genial, nos llevas por donde quieres. Estupendo relato, Verdial.
    Besos

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  19. Un trabajo muy pesado supongo despues de leer que regresas a cada con una loza pesada a tu espalda pero hiciste buen trabajo y lo sabes, quedo hermoso el joven que preparaste para su viaje a lo profundo de la tierra. Te dejo un beso, cuidate.

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  20. Ya se sabe que no debe de decirse. De esta agua no beberé, pero un trabajo así no me gustaría nada. No es lo mismo arreglar un difunto tuyo que alguien ajeno aunque supongo que todo es cuestión de acostumbrarse.
    Que tengas un buen fin de semana.

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  21. bueno verdial te felicito jodia esta genial


    besitosssss

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  22. Sin duda es un trabajo y como todo trabajo es trabajoso, sin embargo, quizás el maquillador de nuestros seres queridos es un trajo especial, por el cual debemos dar las gracias.

    Muy buen relato.

    Te dejo un beso.

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  23. Bonito relato Verdial.
    Ser maquillador en estas circunstancias, debe ser bastante duro por muy acostumbrado que se esté.

    Me gusta tunuebo look.

    besicos muchos guapa.

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  24. Es la primera vez que me has hecho dudar de tu genero...jajajaaj que tonta,pero es que era tan real....
    Magnifico Verdial,que envidia tener tanta imaginacion.Y tan bien que desarrollas tus historias....
    sigue enganchandonos con tus relatos
    Besitos

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  25. es evidente que se gana más maquillando que ordenando libros en una biblioteca, dónde va a parar!!!

    tengo un amigo que también se dedica a este noble arte de maquillar, aunque lo suyo aún vive y colea... no por mucho tiempo.

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  26. Impresionante, no te esperas ese duro final e irremediable destino que a todos nos espera. Me ha encantado. Un beso.

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  27. No había tenido tiempo de leerlo completo y de ahí que no te hubiera comentado.
    Tu relato es tremendamente descriptivo de lo desagradable que puede llegar a ser ese trabajo. Yo no lo tomaría por nada del mundo.
    Un saludo.

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  28. Hola Verdial,

    Me encantan los cambios de tu blog y muy buen relato...vaya con el final, me dejó pensando.

    un beso
    Mónica

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  29. Genial, como siempre Verdial.
    Los bueno relatos tienen finales sorprendentes. Felicidades.

    Besos
    Teresa

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  30. ¿Qué es esto?, ¡ha cambiado!, unos días de viaje y todo nuevo, muy linda pa payasita del perfil.
    Voy a leer y vuelvo.
    Besos.

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  31. En principio parece una bonita profesión, maquillador y esteticista, mi sobrina lo es, y muy buena, pero no había recapacitado yo en el lado oscuro de este trabajo. No creo que yo fuese capaz de poner guapo a un cadáver, ¡¡¡horror!!!
    De cualquier forma, un relato muy interesante y entretenido.
    Muchos besos.

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  32. Qué cambiazo... Me ha gustado. como haces para ponerle esa musica al post hace tiempo que estoy por preguntarte?

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  33. Hola Verdial, he venido para ver si tenías algo escrito, es igual, tienes muchos textos, y muy agradecida por poder leerte, me alegró mucho que fueses al blog de "pelusa", allí me encuentro muy agusto. No tengo ni idea si voy a volver a escribir, de momento no siento la necesidad, o estoy vaga para sentarme a hacerlo, porque las musas no existen, es sentarse, ponerse a escribir y algo seguro que sale, pero como uno no se ponga a hacerlo, mal asunto, aunque un descanso siempre viene muy bien.

    un fuerte abrazo y gracias.

    Maite

    miau!

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  34. Un lindo relato Verdial, casos asi suceden en la vida. Fue un placer leer-. Te dejo un beso, cuidate.

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  35. Precioso relato, Verdial, gracias por compartirlo.

    Un beso.

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