Esas frías tenazas de acero que de tanto en tanto se atreven a pinzar en las entrañas; hirientes, crueles, inmisericordes… Pero te acostumbras, igual que te acostumbras a llevar las orejas perforadas para lucir los pendientes o a esos tacones de vértigo que te destrozan los pies.
No es igual pero te acostumbras y poco a poco te haces su aliada. Hoy, atravesaremos juntas el puente.
*Imagen: Óleo Dusan Djkaric
Nada estira tanto como el cuerpo...
ResponderEliminarOjalá nunca nos pusieran a prueba, pero una vez tocadas, hay que tirar, tirar pa`alante.
Salud-os
Sin lugar a dudas. O éso, o tirar la toalla.
ResponderEliminarUn abrazo Trini.
Me alegro de verte de nuevo.
ResponderEliminarAsí somos que nos acostumbramos a todo, afortunadamente con ello sobrevivimos.
Besos
Es cuestion de supervivencia, nos hacemos a casi todo, 'creo yo!
ResponderEliminarMe alegra de leerte de nuevo.
Besicos muchos.
Las soportas, porque no queda otra, pero yo no me acostumbraré nunca.
ResponderEliminarEstoy con maríajesús: se soportan, no te acostumbras. El tiempo no cura nada.
ResponderEliminarUn abrazo, Verdial
Las tenazas siempre están ahí amenazantes, cuando ya las has sentido, no se olvidan, piensas que tarde o temprano volverán a "pinzar en las entrañas" no queda más que echarle coraje y seguir adelante. Si te sirve, te tiendo mi mano y mi fuerza en la distancia para atravesar ese puente.
ResponderEliminarUn abrazo
Que placer es llegar a la noche, sentarse en el sofá agustito,después de un día agotador en lo físico y en lo psíquico... abrir el ordenador y llegar a este espacio de verde verdial...y sentir profundo en lo más hondo de mi, esas sensaciones que haces aflorar con tus sentimientos. Gracias mi gitana hermosa por estar ahí, y regalarnos tu esencia. ¡¡Como escribes!!
ResponderEliminarMi abrazotedecisivo guapaaaaaaaaaaa
It's so beautiful!
ResponderEliminarGreetings.
Wishing you a wonderful weekend.
Al final acaba uno acostumbrándose a casi todo pero a eso, no debería.
ResponderEliminarBeso.
No creo que nunca nadie se acostumbre a las tenazas, pero en muchas ocasiones es el principio de una buena y rápida solución. Espero que todo sea por motivo rutinario si en mi entender he comprendido bien.
ResponderEliminarSaludos y encantado de reencontrarte.
Uhmm, no entendí nada Verdial; ¿son tenazas para practicar un aborto? Y no sabía que sufrieran tanto por los aretes y los tacones; aunque he visto los orificios de las orejas rasgados, nunca ninguna mujer dijo que les doliera o ardiera; aunque claro, debí suponerlo.
ResponderEliminarUn abrazo
cuanto tiempo!.......es un placer como siempre leer este espacio,
ResponderEliminarTodo acaba pasando no dejes que el desánimo pueda instalarse.
Un beso enorme desde este rincón de Andalucia
Maravillosas palabras, como es que inspiras tanto.
ResponderEliminarMe encanto, me encanto visitarte que gustaso.
ResponderEliminarSi hubieras decidido tirar la toalla, ya lo habrías hecho. En el primer momento que te amenazaron con ellas.
ResponderEliminarLlegados a este punto, seguir tirando, nos esperan en la otra orilla.
Acostumbrarse?... ¡NO!...solo se acepta pq no queda otra.
ResponderEliminarEl tiempo ni cura, ni borra el dolor, solo nuestra mente hace q se atenúe,pq no debemos aferrarnos a él...sino, continuar el camino e intentar hacerlo llevadero, por nuestro bien y el de quienes nos rodean.
Un placer "encontrarte".
Gotas de felicidad inunden tu corazón.
Pero qué bello has dejado tu rincón, me ha encantado, lo que pasa que veo hace tiempo no escribes, espero que estés bien.
ResponderEliminarUn besazo.
Lo que sea querida, nos acostumbramos porque sabemos que debemos lidiar con algo, pasar el Puente es otra etapa.
ResponderEliminarMe alegra poder saludarte de nuevo, después de tanto tiempo.
Un fuerte abrazo.
Te dejo un abrazo.
ResponderEliminarEspero que estés bien.
Saludos Verdial.
ResponderEliminarVenía buscándote, porque añoraba tu blog y deseaba leerte de nuevo. Y te he leído, pero con algo de tristeza porque veo que este post es del 24 de enero y estamos a 10 de diciembre. Lo cual quiere decir que vas a hacer once meses sin escribir.
¿Dónde estás amiga mía?
Se te echa de menos.
Un fuerte abrazo!