Aquel día de noviembre de 1889
despertó haciendo honor a la estación reinante. Húmedo, crudo y opaco, dejaba
colar entra las brumas dedos neblinosos semejando jirones de algodones de
feria. La niebla desdibujaba los
contornos de todo lo que se pudiera mostrar más allá de las ventanas.
La humedad también se había colado
dentro de Elvira que con laxitud extrema esperaba sin expectación.
Aquel día de noviembre era el día en
el que estaba concertada la cita con el fotógrafo.
-
Estaré allí sobre
las cuatro – había dicho respondiendo a quién solicitó sus servicios.
Y Elvira, que jamás había sido
fotografiada, esperaba en su estancia mientras los familiares y algunos vecinos
habían pasado la mañana preparando el escenario. Cubrieron el sofá con la
colcha blanca de organza que madre lució
en su noche de bodas, las blondas sobre los reposabrazos y el bordado en el
respaldo. Una lámpara de aceite sobre la mesilla, la alfombra de damasco a los
pies, y flores, muchas flores, flores blancas rodeando todo lo que sería el
marco que inmortalizaría el momento.
El fotógrafo llegó puntual y también
puntualmente todo estaba listo. Poco a poco fueron pasando los familiares y
allegados para observar la escena mientras el retratista montaba el trípode
donde colocaría la cámara de fuelles con negativos de vidrio.
Sentada en el sofá con su vestido de
tafetán negro, Elvira posaba en medio de sus padres, las manos de los tres,
entrelazadas. Apoyaba la cabeza en el hombro de madre, mostrando un rostro
níveo que los polvos no habían conseguido disimular, los labios entreabiertos
se notaban pálidos y blanquecinos, y los ojos sin luz, parecían perdidos en algún lugar o espacio, puede que
otra dimensión que se escapaba a la comprensión de todos, tal vez, quién sabe,
miraban ausentes a los allí presentes mientras el fotógrafo la inmortalizaba,
ya inerte, para la eternidad.
(Nota) La “fotografía de difuntos” fue una
práctica que nació poco después que la fotografía (un 19 de agosto de 1839) en
París, Francia, que luego se extiende rápidamente hacia otros países. La
práctica consistía en vestir el cadáver de un difunto con sus ropas personales
y participarlo de un último retrato grupal, con sus compañeros, familiares,
amigos, o retratarlo individualmente. La fotografía mortuoria no era
considerada morbosa, debido a la ideología social de la época del Romanticismo.
En dicho período se tenía una visión nostálgica de los temas medievales y se
concebía la muerte con un aire mucho más sentimental, llegando algunos a verla
como un privilegio. (Wikipedia)
*Imagen: Internet
*Imagen: Internet
Describes, como siempre, maravillosamente el ambiente creando la intriga del relato con un escalofriante final.
ResponderEliminarBesos
Teresa
No tenia conocimiento de la práctica de la fotografia de difuntos; lo relatas de una manera que parece algo tan natural y con un lujo de detalles, que me gusta.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Verdial.
Hola Verdial.
ResponderEliminarEn la Película Los Otros, que protagoniza Nicole Kidman.
Salenb fotografías de fallecidos
Muy interesante tu relato.
Besos, Montserrat
Jo, que final! Me gusta la cámara de la foto.
ResponderEliminarLa casualidad no existe. O al menos yo siempre lo he creído así.
ResponderEliminarYo tengo una cámara como esa Me la regalo un tío mio muy mayor, al que también se la había regalado un tío suyo antes de marchar a Brasil.
Y También tuve una Elvira a la que gustaba especialmente vestir de negro casi siempre.
Yo después la llamaba mi musa muerta. Porque después ya casi no volvi a pintar.
En realidad ya no pinto al menos nada interesante se me secaron las ideas. Prefiero parar el tiempo con mis cámaras.
Saludos
P.D.
Pero ella vive. Es lo único que se sale del guion.
La fotográfia ha sido de lo más visual. Muy curiosa la nota que adjuntas, algo recordaba de esto, pero me ha sido muy util que me refreques la memoria.
ResponderEliminarBesicos muchos guapa.
Muy bueno!!! me encanto el relato así como la nota que adjuntas, pues no sabia de esa parte de la fotografía. Gracias por compartirla.
ResponderEliminarcariños....
Brrrrr!! Escalofriante Verdial; cómo has podido hacernos vivir macabramente ése momento en que la época y la moda hacia de esta práctica algo natural.
ResponderEliminarMe he quedado como si hubiera visto un fantasma.
Un fuerte abrazo
Se me erizó la piel...
ResponderEliminarHola,he vuelto, ya pasaré a leerte con mas tranquilidad.
Te dejo un beso grande!
Había leído algo sobre esta práctica, por otro lado, por decir algo, inquietante.
ResponderEliminarAfortunadamente no nací en esa época. Lo primero que tengo dicho para cuando me vaya es que no "me enseñen".
Lo has descrito perfectamente
Besos
Querida Verdial.
ResponderEliminarPlenos de detalles e imágenes no es difícil imaginarse a Elvira en laxitud extrema,sin expectación,un recuerdo para los vivos,una instantánea de alguien cuyas emociones se fugaron al cerrar los ojos.
El pie de pagina ilustrativo, ignoraba esta practica que en el contexto que lo ubicas tiene sentido.
Un abrazo artistaza.
Very interesting story.
ResponderEliminarGreetings.
¡Que miedo!, espectacular como lo describes.
ResponderEliminarfeliz semana.
Un gran argumento muy bien contado: las piezas encajan como un reloj.
ResponderEliminarAbrazos, Verdial
Se tiende a tener miedo a la muerte, algo tan natural como la vida misma, fotografiarla no es digerible normalmente, pero es algo a lo que todos llegaremos algún día y como decía alguien que quería mucho, no debe ser tan mala cuando nadie regresa, magnifica recreación, la foto muy familiar, tengo una cámara igual heredada y a veces vuela mi imaginación en aquello que un día pudo fotografiar...abrazzzusss
ResponderEliminarToda la preparación del momento es fantástica aunque desgraciadamente no era por un buen acontecimiento.
ResponderEliminarUn beso y una vez mas un buen escrito.
Dios mio verdial...eres magnífica...que relato más bien contado...desde luego como han cambiado las costumbres...las sociedades...y lo bueno que... ¿avanzamos a su ritmo? porque yo ahora... desde luego lo veo como una práctica uffffffff,de tal forma que me desagrada un montón incluso visionar imágenes de cadáveres...mucho menos soportable aún de nuestros seres queridos...que trago....una curiosidad de la que yo no tenía conocimiento, mi querida verdial.Asi es que hoy he disfrutado con tu relato, y además me has enseñado algo nuevo.
ResponderEliminarMil gracias guapa
Tu narración es perfecta; se percibe la frialdad de Elvira... te felicito
ResponderEliminarhe visto muchas fotografías de esa costumbre, todas escalofriantes
dos abrazos :)
Mucho tiempo sin entrar y veo que continuas en forma.
ResponderEliminarUn placer leerte y saludarte
Que malvada... He llegado a tener pesadillas con estas fotos, soy muy miedosa...
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