jueves

Cuando Desperté

(Oleo "La Soledad" - Cary González)

Canción de Cuna

Rebozaba el gozo por cada uno de los poros de mi piel aquella mañana, cuando tal día como hoy, desperté después de unas horas de sopor incontrolable, huérfana de fuerzas y agotada por el dolor que, aunque ya pasado, aún latía sordo en alguna parte de mis entrañas, ansiando pasar al olvido y a la vez deseando permanecer en el recuerdo para así tener siempre presente, aquellos duros y maravillosos momentos. 
Satisfacción y orgullo, entrega y vanidad que empezaban a tomar presencia en mi yo de entonces, cuando casi dejaba atrás la adolescencia y atravesaba el umbral de una inmadura madurez.

Abril había abierto con un manto carmesí de amapolas luminosas. Campos rojos de pasión sobre el verde de la esperanza que despuntaba con los brotes de un nuevo amor, un amor distinto al conocido, nuevo en su inmensidad; pleno. Amor de madre.

Alargué la mano buscando tu carita que en la nebulosa de mi mente aparecía suave y tierna.
Pero mi mano solo encontró suavidad de sábanas de hilo. Se deslizaron temblorosos mis dedos entre pliegues nacarados y fríos y no te encontraron.
Solo tu cuna vacía.
Confusión, incredulidad, desconcierto, impotencia, rabia, dolor, desgarro…
Odio por aquellas manos que te arrancaron de mí durante mi sueño, que te llevaron allí a donde me estaba vetado, que me robaron la necesidad de amamantarte y continuar dándote la vida… que me rompieron el alma.
Si apenas te había sostenido unos minutos entre mis brazos…

Días vacíos y carentes de sentido, noches interminables notando tu ausencia, tiempo perdido en la nada, oscuro, silencioso, tan sólo cubiertos por tu llamada lastimera y doliente, sin tiempo ni espacio, a la que no me estaba permitido acudir.

Se marchitaron las amapolas y dejaron tras de sí un lecho morado de pétalos secos. El campo se volvió pajizo.
Y te devolvieron a mí con el calor del estío y volvimos a ser uno, pero huérfanos de todos los momentos que nos habían robado.
Momentos irrecuperables.
Aún hoy duele.

Nos hicieron tanto daño…

24 comentarios:

  1. Tu relato ha conseguido emocionarme tanto que he tenido que hacer un esfuerzo para contener las lágrimas.
    Grandioso poder y sufrimiento de una madre .No hay nada tan maravilloso como ver nacer ,amamantar y crecer a un hijo .Felicidades por tan intensas palabras .
    Un besazo .

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  2. "Rebozaba el gozo por cada uno de los poros..." Vaya principio, Verdial. Cuando llega el momento de la separación, el mazazo duele hasta fisicamente.
    Saludos

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  3. Vaya golpe duro que nos aguarda en cualquier esquina.

    Eres única abriendo de par en par la caja de las emociones.

    Un beso y que este abril llene de azahar cada rincón de tu esperanza.

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  4. Verdial...te he encontrado a faltar estos dias...pero...no me lo tengas en cuenta...

    y vaya como es este relato, enternecedor a raudales en cada párrafo...

    no sé si será porque en primavera, la sensibilidad se acrecenta, que junto con lo que tranmites en este texto...la emoción que he sentido es grande...

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  5. ""Como una mare no hay na
    y un hijo la pone buena
    con beso que le da""

    Saludos flamencos

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  6. Lindo homenaje a tu criatura. Siempre hay un duelo, pero cuesta entender que hechos así acontezcan.

    Un fuerte abrazo para ti y para él.


    Maite

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  7. Hace años mi hermano fallecio en un accidente. Nunca había sentido tal dolor ante su ausencia, dolor sólo superado por el de mi madre, que casi se volvió loca a pesar de contar con seis hijos más que le dimos todo el cariño del que fuimos capaces y aún así nunca conseguimos que fuera bastante para compensar el del hijo perdido. Por eso no sólo te comprendo, sino que comparto tu dolor, un dolor que nunca nos aandonará por muchos años que pasen.
    Como siempre y más que nunca, un abrazo.

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  8. Tan dulce, intenso, doloroso,
    que conmueve profundamente.
    ...

    Un abrazo Verdial.

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  9. Me has arrancado una lágrima, y pensaba que mis ojos estaban secos de tanto llorar.
    Un beso y gracias por ese relato tan hermoso.

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  10. El tiempo que nos roban jamás se recupera. Lo peor no es eso sino que a pesar de los años, sigue doliendo.

    Un besazo enorme!

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  11. Amiga, uno queda estremecido ante tanto dolor... Te envio un fuerte abrazo, Verdial, ojala que la primavera retornase y todo quedara en un pasado nebuloso...

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  12. NO sé qué decir ante tanto dolor, cuando suceden estas tragedias irreversibles y uno llega a os hechos como tercera persona a destiempo, sólo ve un hoyo oscuro, gritos de dolor en silencio y nos cercioramos de que en esta vida maravillosa, de que en este planeta que tanto queremos existen agujeros negros temibles hacia lo eterno; nos dejan en los brazos abrazos y en los labios besos cuando esas puertas se abren inesperadamente a algunos de los nuestros. Te quiero mucho Verdial. Una bloger posteó este relato maravilloso que tal vez te de algún consuelo:

    Un hombre enfermo se dirigió a su médico, mientras se preparaba para dejar el consultorio y le dijo: "Doctor, tengo miedo de morir. Dígame, ¿qué hay del otro lado?"
    Muy quedamente, el médico le contestó: "No lo sé"
    "¿Usted no sabe? Usted, un creyente, ¿no sabe lo que hay del otro lado?"
    El médico tenía su mano en la manija de la puerta; del otro lado se oyó un ruido de rasguños y lloriqueo y, al abrir la puerta, un perro entró apresuradamente en el cuarto y le saltó encima lamiéndole y moviendo la cola con alegría.
    Volteándose al paciente, el médico dijo: "¿Observó a mi perro? Nunca había estado en este cuarto antes. Él no sabía lo que había aquí dentro. No sabía nada más que su amo estaba aquí y, cuando se abrió la puerta, dio un salto hacia adentro sin temor alguno. Conozco muy poco de lo que hay del otro lado de la muerte, pero sé que mi Señor está allí y eso es suficiente"

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  13. Por una parte me alegro mucho de otra vez por leer tus lindos escritos, siempre tan bonitos, pero por otra parte me llenan de tristeza y me gustaría poder hacer algo por ti, pero que? Hay acontecimientos en nuestras vidas que son difíciles de entender.
    Besos

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  14. Buenos días querida Verdial.

    Te he leído y me has arrancado un par de lágrimas,la melodía de la nana y un texto doloroso,hermoso y pleno de triste poesía,abundan las palabras solo puedo esbozar un cálido abrazo ante tal prosa y como siempre toda toda mi admiración y respeto.

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  15. Y es un dolor que sólo una mujer que ha sido madre puede comprender. Los demás... sobramos.

    Besos.

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  16. Un relato que emociona y desespera, pero sobre todo encontramos en él una gran belleza que se desgaja con la tragedia...
    Excelente.
    Un abrazo.

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  17. Decías que me notabas añoranzas del pasado en mi entrada, y es verdad, entre otras cosas echo de menos leer relatos llenos de emoción y desgarro como los de la amiga Verdial. Los padres sólo podemos imaginar pero pensarlo ya duele.

    Nos leemos.

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  18. Muy intenso Verdial...uffffffffffff, desgarrador relato...no tengo hoy palabras...sólo emociones....emociones muy fuertes...que me impiden decirte cosas que sobrarían...
    ...hoy tu relato...me deja las emociones a flor de piel.
    Abrazotes inmensos, es un placer grandote leerte.

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  19. Gracias a todos por vuestros comentarios.

    Esto que cuento no es un relato sino un episodio real que me ocurrió cuando nació mi primer hijo.
    Tal y como digo yo comenzaba a entrar en una inmadura madurez, con tintes de adolescente que coronaba la veintena.

    Mi hijo, por problemas en el nacimiento estuvo dos meses separado de mí, y aunque volvimos a estar juntos, esos dos meses nos fueron arrebatados para siempre.

    Besos y abrazos

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  20. Momentos irrecuperables..., es cierto, a mí me cuesta creer que haya personas que se pierdan, voluntariamente, esos momentos de la vida de sus hijos.
    Dos meses es muy doloroso, y aunque no es mucho tiempo, a ti te debió parecer una eternidad, me pongo en tu lugar y pienso en mi niño cuando nació, no quise ni siquiera que se lo llevaran la primera noche al nido y apenas pude dormir, hacía unos sonidos muy extraños, pensé que se iba a hogar, aún me acuerdo como si fuera hoy y han pasado ya más de treinta años.
    Muchos besos para ti y para tu niño o niños si tienes alguno más.

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  21. No sabes cuánto siento tu dolor. Yo estuve quince dias, desde que nació mi hija, sin tener contacto con ella, sin verla. Y unos cuantos lazos más que nos perdimos. Pero no importa, el amor lo reconstruye todo y lo que perdimos, por amor, ahora, lo inventamos.

    Besos
    Teresa

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  22. Verdial, qué te has hecho. Lo dices en una parte del texto y yo lo generalizo: estamos tan vacíos de latidos. Hasta el conocimiento pierde su sístole y diástole.

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  23. Dios mio que momento, que sufrimiento, inimaginable y terrible, innombrable, me has hecho sentir tanto.. que no te puedo explicar !!

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