("Maternidad -Bolívar Mena Franco - 1913 - Carboncillo y oleo pastel sobre papel)
Pasó el tiempo y un día cuando desperté el cielo ya no era azul ni las nubes eran algodones de feria. Los árboles habían cambiado el verde por el gris y el prado había perdido el rojo de las amapolas.
No trinaban los gorriones, ni había golondrinas volando bajo. El aire se había vuelto pegajoso y espeso y penetraba en mis poros como negro alquitrán.
Ese día cuando desperté ya no había colores, ni luz.
Todo se cubrió con tules opacos y comenzaron a llover lágrimas de cieno.
Corrí espantada por un sendero pedregoso y en mi carrera desenfrenada fui soltando amarras que llevaban consigo el lastre de la incertidumbre y el peso de los miedos escondidos, temor oculto que dominaba mi vida.
Pasó el tiempo y un día cuando desperté cabalgaba a lomos de un blanco alazán girando en un carrusel de feria que volaba rompiendo el viento. En lo alto, el azul límpido e intenso del cielo deslumbraba mis ojos. Aroma de dulce caramelo penetraba en mis sentidos henchidos de verde esperanza.
Me envolví en los tules blancos de la inocencia y volví a nacer de nuevo.
Ese día, cuando desperté, yo había cruzado la barrera.
Pasó el tiempo y un día cuando desperté el cielo ya no era azul ni las nubes eran algodones de feria. Los árboles habían cambiado el verde por el gris y el prado había perdido el rojo de las amapolas.
No trinaban los gorriones, ni había golondrinas volando bajo. El aire se había vuelto pegajoso y espeso y penetraba en mis poros como negro alquitrán.
Ese día cuando desperté ya no había colores, ni luz.
Todo se cubrió con tules opacos y comenzaron a llover lágrimas de cieno.
Corrí espantada por un sendero pedregoso y en mi carrera desenfrenada fui soltando amarras que llevaban consigo el lastre de la incertidumbre y el peso de los miedos escondidos, temor oculto que dominaba mi vida.
Pasó el tiempo y un día cuando desperté cabalgaba a lomos de un blanco alazán girando en un carrusel de feria que volaba rompiendo el viento. En lo alto, el azul límpido e intenso del cielo deslumbraba mis ojos. Aroma de dulce caramelo penetraba en mis sentidos henchidos de verde esperanza.
Me envolví en los tules blancos de la inocencia y volví a nacer de nuevo.
Ese día, cuando desperté, yo había cruzado la barrera.
Bravo bravo bravo.... por todos los confucios, cuanto me ha gustado el relato. Hasta yo me he subido al tiovivo, guiada por tus palabras :)
ResponderEliminarabrazos y buen finde
Fascinante como describes algo de tan dulce y melancolica manera...
ResponderEliminarabrazos
MAraviloso Verdial
ResponderEliminarOjalá todos encontremos ese nuevo despertar
Maravilloso relato, me encantó.
ResponderEliminarUn beso
Flor
Seguro sólo se trataba de un mal sueño, algo que no está muy lejos de ser realidad. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarMe ha encantado el relato, lleno de esperanzas.
ResponderEliminarSaludos.
Un relato que he leido varias veces, me conforta.Gracias.
ResponderEliminarEse día empezaste de verdad a vivir...
ResponderEliminarLas barreras...Nos pasamos la vida cruzándolas...
ResponderEliminarUn abrazo
Siempre tendremos tiempo para despertar. Ahora hay que vivir cada sueño.
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.
La vida es eso, amiga, a veces las nubes son bellisimas, otras un puro espanto.
ResponderEliminarHas descrito bellisimamente las sensaciones ante los cambios.
Un abrazo, Verdial
Duro cambio, dura sensación y no sé, pero más dura la soledad que he sentido...
ResponderEliminarUn besazo melancólico!
Nos cuesta despertar, cuando son pesadillas por que no encontramos la salida y el descontrol hace mella en nuestros sentidos, cuando son felices los sueños no quisiéramos nunca dejar de estar soñando, pero el despertar siempre estará ahí, nos cueste o no, la realidad sigue dando vueltas a nuestro alrededor, magnificas letras...
ResponderEliminarabrazzzusss
gracias que renacemos de tanto en tanto
ResponderEliminarde tanto gris, uno acaba cansado
Que manera mas bonita de expresar el adios definitivo, el que libera...
ResponderEliminarMe gusta,Verdial.
Hola Verdial!, he leído este microrelato como un colosal símbolo. Siento nace de la raíz misma del Cuento (cómo género), esa raíz que es fuente de conocimiento y por ende de aprendizaje. Describes bella y metafóricamente un transcurso, un transcurso del alma, la transformación permanente del Adentro. ¡Cuantas veces nacemos y morimos, somos nuestra propia maternidad constante!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo!
Estoy ingresada, me dan algunos fines de semana, pero no enteros, estoy mejorcita, me faltan dos meses de permanencia allí. Me está viniendo muy bien.
ResponderEliminarbesosssssssssssssss
Maite
Que suerte despertar cruzando barreras.
ResponderEliminarUn saludo.
Ojalá pudiesemos despertar de un mal sueño y tener la sensación de que es eso, un mal sueño.
ResponderEliminarMe encanta tu manera de ver la muerte, la vida, los sueños y por qué no, el apocalipsis, a eso me recuerda tu texto.
Un beso.
"... y luego, soñé que soñaba." (Antonio Machado).
ResponderEliminarVerdial nos dejas asombrados con tus post. Wowwww, son perfectos. Tu relato es tan real que da escalofríos. Me ha encantado.
ResponderEliminarGracias, además, por pasar por uno de mis blogs y comentar.
Un beso desde Buenos Aires, querida amiga.
Mi queridisima Verdial, en primer lugar perdona mi ausencia, estoy saturada de responsabilidades y no ando por aquí todo lo que me gustaría y a lo que estoy acostumbrada...pero en mis ratitos ya sabes que vengo fiel a tus verdes...hoy tu renacer me llena de energía...pues creo... que estoy pasando una época de pleno RENACIMIENTO, paso a pasito por bosques y senderos llenitos de vida de la que me voy impregnanado.
ResponderEliminarabrazotedecisivo ESCRITORAZA y con mayúsculas
La mirada condiciona la imagen, es bueno mirar las cosas como algo nuevo y bello, un placer Verdial
ResponderEliminarsaludos
Un magnifico relato que me ha encantado.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Me encantó este post, donde sentí ese despertar cruzando las barreras.
ResponderEliminarUn beso.
"Volver a nacer envuelta en los tules blancos de inocencia" ya me gustaría poder hacerlo y permanecer así siempre. Las barreras... ¡hay tantas que cruzar! y renacer tras de ellas.
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