El espejo ovalado coronado con un penacho le devolvió una imagen aterradora de sí mismo. Al contemplarse dio un paso atrás y un lastimero lamento explotó en su garganta. El terror que proyectaba lo superaba; no se reconocía en aquél rostro demacrado y macilento. Sus ojos, suspendidos sobre el violeta oscuro de las ojeras, le lanzaban desde el reflejo una mirada pétrea.
De sus labios agrietados y blanquecinos surgió una mueca de dolor incontenido y por entre la abertura de los mismos vislumbró como sus dientes, otrora nacarados, se habían tornado pajizos y amarillentos.
Sintió miedo de sí mismo.
Desvió el rostro hacia la ventana que dejaba entrever como las sombras vespertinas se adueñaban del exterior y decidió salir para integrarse en la noche.
Fuera, una multitud danzaba y saltaba haciendo muecas burlescas al compas de tambores. Él se mezcló con el gentío orgulloso del excelente resultado de su disfraz de aquel martes de carnaval.
*Imagen: Acuarela de Begoña Dosouto
Ufff...menos mal que en este caso solo era un disfraz. Yo viví al lado de mi abuela esa "tranformación" el dia que me comentó muy asustada que no reconocía esa manos arrugadas plagadas de manchas de la vejez. Fue un terrible despertar a la realidad.
ResponderEliminarQuizás hasta ese dia nunca tuvo tiempo de mirarse, o mejor dicho, de verse.
Y yo me digo; ese Dios que dicen nos creó a imagen y semejanza suya (menudo despropósito) no podría habernos evitado esa angustia final???
Muy emocionante tu relato hebrea..y da mucho para pensar.
Besos
Alternativa, sabes, casi que me está pasando lo que a tu abuela, que a veces me miro y casi no me rezonozco si vuelvo la vista atrás, y me parece muy injusto, tal y como dices, que ese Dios permita que nos deterioremos físicamente cuando la mente sigue teniendo lozanía, juventud y deseos de vivir.
ResponderEliminarY que me dejen de esas tonterías de que "es ley de vida".
Un abrazo
pd: Añadiría "que permita éso y tantas otras cosas peores".
Mi abuela sufrió esa "transformación" con 90 años, hebrea. Cada cosa a su debido tiempo, niña. Que tú eres una mujer joven y bellísima por dentro y por fuera.
ResponderEliminarEsa "ley de vida" ya anda algo obsoleta para los tiempos que corremos.
Es verdad Alter, es verdad.
ResponderEliminarPues mejor no mirarse en el espejo y ver la belleza de la juventud sobre papal *fotos*.
ResponderEliminarEn todas las edades refleja la belleza en cada uno.
Un abrazo fuerte
Mari-Pi-R, llevas razón, todo tiene su belleza.
ResponderEliminarUn abrazo
Qué bueno tenía que ser el disfraz para asustarse de sí mismo.
ResponderEliminarUn abrazo
Al principio creí que era un sueño, pero tratándose de un difraz, se quedauna más tranquila y sabrá de la diversión que pueda producir.
ResponderEliminarComo siempre un preciosos relato.
Besicos muchos
Tengo una foto del rocío en la que, gracias a Dios mi mujer no la ha colgado en el "feibu" de milagro, tampoco me reconozco aunque el momento fue verdad.
ResponderEliminarQuizá también valdría para carnaval.
Un beso
Muy buen final para el relato...me ha sorprendido.
ResponderEliminarHay quien se asusta de mirarse al espejo y no es un disfraz...
Recibe mis saludos.
¿Pero seguro que era un disfraz?
ResponderEliminarEs que a veces uno se transforma en aquello que lleva dentro, una imagen previsualizada anteriormente de como lucirá el dia de mañana. Por eso un poco de maquillaje no viene nada mal, así evitamos que llegue ese momento de la verdad demasiado pronto.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Daalla, y tanto que sí. Ni él se reonocía.
ResponderEliminarUn abrazo
La casa encendida, muchas veces nos ponemos disfraces aunque no sea carnaval.
ResponderEliminarBesos
No cogé ventaja miarma, cuélga en el feibu, no seas tímido...
ResponderEliminarUn abrazo
Anna, llevas razón, y ese susto no es precisamente por ser feo.
ResponderEliminarBesos
Erik, en este caso era un disfraz, no podría decierte en otras ocasiones.
ResponderEliminarUn abrazo
Nerim, pues sí, solemos hacerlo a veces, aunque interiormente nos reconocemos a la perfección.
ResponderEliminarBesos.
¡Qué arte!
ResponderEliminarMagnifico y dulce final:)
Me había pensado cosas terribles, pero una fiesta de carnaval...
Abrazos
Aveces el cielo se viste con mascaras, se disfraza con sus mejores tonalidades y se camufla en medio de los árboles y la muchedumbre para vislumbrar lo que dejaron de ser....
ResponderEliminarAmiga, sospecho que fue el hombre el que un dia decidió crear a Dios a su imagen y semejanza...
ResponderEliminarPero luego, algo torpe, lo explicó mal a los demas...
Un abrazo, amiga
Trini Reina, lo que hace la imaginación...
ResponderEliminarBesos
Danielita21, que hemoso el comentario que has escrito. Me hagustado mucho.
ResponderEliminarUn abrazo
Antiqva, puede ser.
ResponderEliminarUn abrazo
Me ha encantado ese puntito de suspenso y de reflexión,el final inesperado para mi jaja...Una maestra en esto de los giros.
ResponderEliminarUn fuerteee abrazo.
Gracias América por tus palabras. A veces es bueno poner un matiz risueño a nuestro vivir.
ResponderEliminarBesos
Es un relato grandioso...
ResponderEliminardos abrazos desde tierras navarras
Pues yo cada vez que me veo al espejo y veo una cana más, me enfado .
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