jueves

El Día Que Se Rompió El Verano



Fue el día en el que se rompió el verano.
Ese día el verano se rompió para dejar pasar al otoño por entre jirones pajizos.

Ese día, cuando despertó, él no estaba pero sabía que había soñado con él. Se encontraban inmersos dentro de esa burbuja invisible que siempre los había envuelto cuando estaban juntos. No estaban solos, había gente en derredor que los miraban y les hablaban, pero nadie lograba traspasar esa barrera que ellos habían creado. Dentro de ella los dos se hallaban sumergidos en una común tarea, muy juntos, rozándose apenas los brazos y mirándose de cuando en cuando sin pretensiones pero intensamente, diciéndose con la mirada lo que no se decían con los labios. Había dentro de esa burbuja tanta fuerza contenida y tanta electricidad atada…
El sueño era tan real, tal vívido que dudaba de que se tratara de un sueño.

Mecánicamente se preparó un café. Su mente era todavía una maraña confusa que no la dejaba distinguir claramente lo real y lo soñado. Fueron tantos momentos así, tal y como en su sueño… que difícilmente podía ella separar ambas cosas.
El café pasaba caliente por su garganta a la par que la cafeína iba despertando su mente.
Volvía a vivir el tiempo que pasaban juntos, perdiéndose cada uno en la mirada del otro, enredados en un sentir que los hacía elevarse del suelo.

A ella le parecían eternos los instantes que transcurrían sin él, contaba cada minuto, cada segundo que faltaba para que llegase.
Y él siempre llegaba, puntual, y tan  dulce… como dos adolescentes se cobijaban en las sombras de la noche y hablaba de sus cosas, de sus ilusiones, de sus vivencias… hasta que la luz de la madrugada comenzaba a desvanecerse y él partía dejándola solo con su recuerdo hasta el siguiente anochecer.

Un imperioso deseo de volver a oír su voz la invadió y aferrada al teléfono marcó su número. Los tonos de llamada se desdibujaron sin que nadie contestara. Como todos los días.
Colgó el auricular apesadumbrada y se sentó ante la ventana a mirar pasar el día, esperando y recordando la magia que se producía cuando estaban juntos, cuando en la más oculta intimidad, ella lo besaba y besaba al aire, lo abrazaba y sus brazos rodeaban el vacío.

Por momentos vio la luz y comprendió.
Entonces supo que algo en ella se había roto.

Fue el día que se rompió el verano.
Imagen de Aquí

19 comentarios:

  1. ¡Qué duro es darse cuenta que algo en el interior se ha roto y más duro saber que ese pasado jamás volverá a regresar!

    Un besazo presente.

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  2. ...Acaso, la ilusión de volverlo a ver, la rendición de la espera, la soberanía de la ausencia...

    Roto el verano y el corazón.

    Abrazos

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  3. Un paso del sueño a la realidad, pero la presencia de él no se borra, allí está junto a ti.
    Besos Verdial y como siempre precioso poema

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  4. Suele pasar, insistimos e insistimos y cuando menos lo esperas, te das cuenta de que todo había cambiado, que ya no era nada igual y que estábamos equivocados. Pero lleva su tiempo.
    Besicos muchos.

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  5. Me gusta mucho, Verdial. Y tiene gran fuerza la imagen del principio, los jirones pajizos del otoño rompiendo el verano.
    Y como siempre, el clima que consigues.
    Abrazos

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  6. Mi querida verdial nuevamente tu relato me deja esa sensación de gustazo absoluta, sensaciones fuertes que van del desgarro, la nostalgia, la alegría,la emoción a flor de piel...de temor a sufrir esa ruptura interior cuando también se rompe el verano....yo deseo que en este otoño de culminación, la inspiración siga a tu lado y nos regales muchas sensaciones fuertes y extraordinarias con tus relatos verde verdial.
    Te admiro y lo sabes

    Abrazotedecisivo guapa

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  7. Llega el otoño y con él estos textos tuyos...Profundos y estremecedores,donde sabes dibujar como pocos el dolor de la ausencia,lo perdido y añonado...Te cuelas en las emociones amiga,eso es todo un arte.

    Un fuerte abrazo artistaza.

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  8. Lo onírico lo llena todo en este relato breve, acaso no era todo sino un sueño deletéreo.
    un beso

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  9. Verdial, es increíble como son tus relatos desde al principio hasta el final, no se pueden dejar de leer, los escribes de manera magistral...

    He llegado a pensar en la tristeza de se hubiese muerto su pareja, y todavía así, ella esperaba cada instante como si fuera el primero, y no fuese efímero sino eterno.

    un fuerte abrazo

    maite

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  10. Las idas y venidas nos proporcionan movimiento, el deseo las ganas de volar, terrible sentir como se resquebraja la perspectiva, el espíritu divaga entre bambalinas y oscuridad, el vacío y el aire ocupan el mismo lugar,un sueño queriéndose hacer realidad...abrazzzusss

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  11. Son aquellos, intocables y embrujados sueños los que nos despiertan cada mañana... Quizás la realidad pueda no ser tan distinta

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  12. Todos los veranos se acaban rompiendo...

    Saludos!

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  13. Se acaba el verano, como los sentimientos, se rompen y se recomponen.
    Un beso

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  14. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  15. Hola:
    Me ha encantado este relato.
    Pobre borrachín.
    Que bonicas las dos hermanas rezando para que José no muriera.
    Veis estas pequeñas anécdotas embellecen la blogosfera.
    Buenas noches y besos, Montserrat

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  16. Hola borre el otro cometario pues cometi un error por si lo has leido quize decir.Mi blogger se ve como un pequeño grano de arena ante el tuyo que es un verde inmenso como la tierra ,al lado de mis pequeñas mariposas …hermoso verdaderamente hermoso, paseare por estas praderas de verde oscuro en otro momento…saludos desde puerto rico ,Elibhetluna

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  17. Cada día que te leo me sorprende más, como se puede escribir tan simple y tan bien y hacer un relato interesantísimo con cualquier vivencia común de las que nos han pasado a todos.
    Creo que eso es arte, o al menos debería serlo.
    Un beso, felicidades.

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  18. El otoño parece que te inspira muy bien amiga verdial.
    un abrazo.

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