"Cónplices Farolas Nocturnas" - Oleo sobre lienzo - Imagen de Aquí)
Mira tú, que me alertaron que no eras trigo limpio.
¿Qué sabe nadie?
¿Que sabe nadie cómo nos amamos?
¿Que sabe nadie cómo tus ojos verdes me traspasan como puñales cuando me miran?,
¿Que sabe nadie el sabor a mar que deja tu boca en mi boca cuando nos desborda la pasión?
¿Que sabe nadie?
Pero no fue nadie, fueron mis ojos los que te descubrieran aquella noche.
Allí, bajo la emparrada de la alameda, bajo el oscuro manto de la noche, abrazado a otra persona.
Tu silueta se recortaba en la penumbra fundida en un apasionado abrazo. Tu boca se perdía entre su pelo. Tus manos andaban bajo su ropa…
Dejó la noche de ser noche para volverse tiniebla. Los luceros cayeron sobre mí como una pesada loza de plata. Dejaron de cantar los grillos y quedó cortado el aire.
Un suspiro que se escapa de un corazón que ha estallado. Unos ojos verdes que se vuelven y me miran, que, como siempre, quedan clavados en los míos…. Después, el vacío.
Y ahora, “qué canalla, qué traidor, que mala sangre”… ando como loca por las callejuelas buscando tu sombra. Corro entre la penumbra queriendo encontrarte, recorro la alameda pronunciando tu nombre…
Hasta que mi mente queda presa de una nebulosa opaca.
Entonces me apoyo en la vieja farola de la alameda. Bajo su luz mortecina acerco un cigarrillo a mis desolados labios. Y espero.
Alguien pasa ¿qué más da quien sea? Me da igual. Cualquiera. Se me acerca. Su boca me rosa al oído. ¿Me acompañas muñeca?
Y yo lo acompaño.
Cuando los sentimientos de traición y pérdida se apoderan del corazón, transformando todo anhelo, el único resultado es la desesperación. Este cuento no lo puede expresar mejor, ni de forma más poética... Tan elegante siempre en tus relatos, verdial.
ResponderEliminarUn beso
Sencillamente la copla ha vuelto renovada en tu palabras, una copla sincera, emotiva y dura como las buenas.
ResponderEliminarMe he emocionado como cuando escuché "La cinco farolas", "La otra" o "Tatuaje".
Precioso
Vaya final... nos llevas entre neblinas nebulosas de besos y caricias que juegan... como el protagonista ausente del relato, a esconderse.
ResponderEliminarBesos
Crudo, muy crudo este relato. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarBesicos
Excelente relato miarma, enorme el gusto y la finura que tienes escribiendo.
ResponderEliminar¡Ole ahí!
Un saludasso.
Que fuerza, desde el principio hasta el final. Lo que no se sea capaz de hacer por unos ojos verdes, y con nocturnidad...elegantísima, cómo siempre.
ResponderEliminarUn besazo ;)
Sirena Varada, te pueden traicionar en cualquier sentido, pero desde luego, las traiciones del amor son las que más hondo llegan.
ResponderEliminarLuz de Gas, la copla, además de contar los más profundos sentimientos de amor, es pura poesía con acordes musicales. Cuando se lleva todo lo andaluz en la sangre, las palabras fluyen en ese sentido.
Adr, el hombre, sobre todo el andaluz, siempre ha tenido colgado el "san benito" de mujeriego y engañador. Particularmente pienso que no es así, incluso me atrevería a decir que todo lo contrario. Aunque en el relato se esconde y huye, estoy segura que en la realidad la buscaría para darle explicaciones.
La Casa Encendida, hay situaciones que suelen hacerse cotidianas o habituales. En este caso el final no es muy feliz, pero no tiene necesariamente por qué ser así.
Moe, a ver si un día te mando una fiambretira con una sangre encebollá pa tu tasquita, que me gusta mucho la cocina.
Herodes, estoy contigo en lo de los ojos verdes. Y eso que tanto los míos como los del que me acompaña son negros, pero donde se pongan unos ojos verdes...
Besos