El vidrio de las ventanas lucía salpicados de lunares, pequeñas gotas descaradas que de deslizaban ondulantes por el cristal.
Y ¿sabes?, te recordé. Como cada día lluvioso, te recordé.
Recordé como llegaste a mí aquél día de un húmedo otoño (como el de hoy), ese día en el que de una pincelada cambiaron el limpio azul del cielo por un gris denso y opaco.
A cambio me dejaron tus ojos, tan azules como el que borraron del cielo, tan transparentes, como el agua del cristal que ahora miro.
A cambio me dejaron tus ojos, tan azules como el que borraron del cielo, tan transparentes, como el agua del cristal que ahora miro.
Tus ojos, que en más de un momento me hicieron enloquecer. Enloquecer de felicidad. Era un placer mirarse en ellos, reflejarse en ellos, penetrar en ellos, cerrarlos suavemente con mis labios e imaginar que ocurría en esos momentos tras los aterciopelados párpados.
Cualquier cosa.
Podía ocurrir cualquier cosa .Desde un viaje al fondo del alma hasta una risa desbordante de ternura jugando con mis anhelos.
Podía ocurrir cualquier cosa .Desde un viaje al fondo del alma hasta una risa desbordante de ternura jugando con mis anhelos.
Nunca he vuelto a encontrar unos ojos como los tuyos. Posiblemente porque ninguno de los que he encontrado te pertenecían.
Nada como tú. Nadie como tú.
Te amé tanto……
Precioso, nostálgico, húmedo muy lindo. Ideal para un lunes lluvioso.
ResponderEliminarUn saludo
Uy niña, ¡qué tendrá el otoño que nos trae tanta nostalgia al recuerdo e invita a escribir relatos tan tiernos y bonitos!
ResponderEliminarMe ha encantado, de veras.
Besicos muchos
Me has recordado tantas cosas pero sobre todo una sombra alargada que se perdía en el tiempo.
ResponderEliminarAhora sale el sol,¿tendramos un arco iris en el cielo?
Un beso.
Ay, el Otoño !! Como te inspira, como te aspira...
ResponderEliminarPrecioso, como siempre.
Un beso.
Alternativa.-
¡¡¡Ooooléééé!!!
ResponderEliminarUna vez mas has conseguido abstraerme durante un rato del mundo y de todo lo que me rodea; precioso.
ResponderEliminarSaludos.
Hola, no se que decirte... me ha encantado... Nuestro pasado es para recordarlo, recordar quienes somos... como somos... lo que hemos vivido y sobre todo... lo que nos queda por vivir.
ResponderEliminarMuxisisisimos besitos.
Será el otoño que nos hace estar tan nostálgicos?
ResponderEliminarPrecioso texto.
Saludos.
Somos únicos,pero sin duda hay personas que son especiales en nuestras vidas,irrepetibles....La lluvia el cambio de estación sobre todo marca el tiempo en nuestras vidas,muy bello......
ResponderEliminarPreciosa entrada, me has recordado los ojos de alguien que conocí hace ya mucho y que un día se fue sin dejar ningún rastro.
ResponderEliminarBesitos
"Nunca he vuelto a encontrar unos ojos como los tuyos. Posiblemente porque ninguno de los que he encontrado te pertenecían."
ResponderEliminarque hermoso...
Los días de lluvia son tan..tan eso
Hay una bella canción de un grupo venezolano llamado "La misma gente"
la canción titulada Lluvia, quisiera compartirla contigo amiga, aqui está el link:
http://www.youtube.com/watch?v=M3lAyNXmMVY
Un abrazo.
Una preciosa declaración de amor, hay ojos y miradas que no se olvidan.
ResponderEliminarEl otoño tiene para mí un encanto especial, yo le dediqué un post en el que puse la canción de Serrat, Una balada de otoño.
Gracias por tu visita, será un placer que la repitas todas las veces que quieras.
Un abrazo, Verdial.
Me ha encantado.
ResponderEliminarEs cierto que cuando llueve algo nos provoca nostalgia, pero nos encanta eso de ver la lluvia tras el cristal, tiene algo de mágico. Cuando estás en un sitio y ves a través de la ventana la lluvia te da esa sensación de protección, por tanto se menzlan dentro de nosotros sentimientos de nostalgia de protección y pensamos en las personas que alguna vez nos hicieron sentirnos protegidas o notágicas con su marcha. La melancolía que acompaña a la lluvia es mágica, tiene algo especial.
Saluditos.
Que bonito!!!escucho el tintinear del agua en el cristal y...que sensación más bonita, tan fresquita, con aires otoñales, totalmente renovados.Precioso tu texto y gracias por tu cariñoso comentario en mis momentosdecisivos.
ResponderEliminarUn abrazo
¿Todavía?
ResponderEliminarMe encanta, y creo que es porque sabes por qué.
ResponderEliminarPorque podría tratarse de un padre o una madre que vuelve, de un amor que se perdió pero perdura, de un hijo...
De todos a la vez.
No son palabras, es magia.
Besos.
Admirada Verdial,
ResponderEliminareste texto me ha traído a la memoria otro relato tuyo (“Acaso sólo pueda transformarse”) que me dejó vivamente impresionada. Encuentro en ambos la misma nostalgia, la misma pasión, la misma frustración... y me pregunto si tendrán algo que ver. De no tenerlo (y no me hagas mucho caso; son elucubraciones mías) las historias se acoplarían perfectamente porque ésta, como epílogo, raya a la altura de aquélla; ambas son "sentido y sensibilidad".
Como decías allí: “Sin embargo aún hoy, le duele tanto...”
¡Bendita nostalgia la de un día de lluvia!
Un abrazo