Las hojas mustias han cesado su agonizante revoloteo en un fallido intento de no caer al vacío. Ahora las huesudas ramas que las sostenían las han arrancado de ellas y lucen como raquíticos dedos de los hijos del hambre; aparecen amoralmente desnudas y erectas, tenue insinuación de una anatomía contoneada que prepara su nuevo vestido.
El suelo no luce ya una mullida alfombra de color pajizo, ni el viento las mueve en remolinos a su paso.
Ahora el suelo aparece perlado de humedad, bajo una vaporosa capa de niebla matinal que impide la visión de las copas de los árboles, de la forja de los balcones, del horizonte y del cielo.
Las mañanas de Febrero llegan impregnadas de niebla, bruma en medio de la bruma abrazando mi corazón.
Me siento en sus rodillas y dejo que me acune al compás del canto de los mirlos, del arrullo de las palomas y del airecillo que a su paso rompe la humedad del entorno.
Yo espero, envuelta por sus brazos, que pase despacio la mañana a lomos de la yegua torda del olvido, yegua que galopa entre piruetas y filigranas quebrando la blancura vaporosa que todo lo cubre, adentrándose en su espesura y rompiendo el lienzo.
Ladra el perro y a lo lejos canta el gallo apagando el silencio.
Se van disipando desde la lejanía los húmedos y pegajosos jirones blancos y dejan entrever retazos celestes de un cielo que bravea por asomarse al mundo. Alguno de sus rayos acaramelan mi pelo tornándolo cobrizo; su iridiscencia reluce.
Me adentro en Febrero a la par que Febrero se adentra en el día y el día penetra en mi yo más escondido. Se insinúa barriendo a golpes de soplos, la niebla, masa algodosona que hasta hace unos instantes era la dueña y señora de la mañana. La sopla y la empuja alejándola de su lado.
Entonces la lontananza deja ver un infinito colmado de azul, esperanza del pasado que forja el futuro. Un futuro que hace presente a Febrero.
(foto: Las ramas del Arbol del Amor tal y como lucían esta mañana)
Todo lo que te leo me entran ganas de leerlo en el radioblog, que maravillas que de imágenes y que de poesía.
ResponderEliminarNo sabes bien lo que te admiro, maestra.
Delicioso pensar que este Febrero tan frío y árido penetre en nuestros cuerpos hasta dejarnos desnudos
ResponderEliminarHas embellecido tanto el mes que junto con noviembre más detesto que casi empiezo a mirarlo con otros ojos. Magnífica la imagen de las ramas como "raquíticos dedos de los hijos del hambre".
ResponderEliminarUn abrazo.
Es prosa convertida en poesía y poesía convertida en vivencias y vivencias que llegan al corazón.
ResponderEliminarPrecioso.
Te dejo un beso
Parecen hojas, pero quizás es la vida
ResponderEliminarEste febrero empezó otoñal, veía las ojas caer y se escuchaba autumn leaves, me acordé de las hojas vistas desde el escaparate de un kelvinator, pero se llenó de presente y prometió finalmente otro futuro...
ResponderEliminarLlego Febrerillo el loco a depositar caricias en tus miradas, resolviendo el futuro con aires del momento, ese que inesperado se queda con la boca abierta recorriendo tus letras.
ResponderEliminarAbrazzzusss...
Bellas letras que alegran mi alma al recordar una fecha pasada.........Besos, cuidate.
ResponderEliminarFebrerillo loco... qué mañanas nos aguardan... espero que pasen las lluvias me gusta más el febrero que sale con las claritas del día...
ResponderEliminarAntonio
Precioso!!un febrero que dejó atrás a un largo enero invernal, y que precede a un marzo primaveral, espero!!!!!
ResponderEliminarBellas palabras
Un besito
cada vez la vida me pide con mayor intensidad ser febrero de amor y marzo de libertad
ResponderEliminarun beso
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarSi ya proclamaba en un comentario en mi blog que disfrutaba con las descripciones, esta sin duda me ha encandilado-amoralmente desnudas y erectas-por lo visualmente descriptiva.
ResponderEliminarEl mes de febrero de tu calendario me lo guardaré para el próximo día en que decida acercarme a pasear por la mañana pronto junto al río (como hace tan solo un par de días) y dejaré que se me claven las ramas secas en el alma (aunque con esa música de fondo van a criar raíces en mi sangre)
Besos!
Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarMuy bonito y poético. febrero ya va abriendo el camino a la primavera y eso nos llena de alegría y esperanza. Los andaluces necesitamos de las hojas en los árboles y el sol en la calle, ¿verdad? Este invierno está resultando un poco opaco y largo para los que necesitamos la luz.
ResponderEliminarBesicos guapa, cada día escribes cosas más bonitas.
Bonita oda a febrero, mes que transita en Sevilla entre los breves fríos invernales y los prolegómenos de la cuaresma de marzo, preludio de la explosión abrileña.
ResponderEliminarUn abrazo. J.J.
Luz de Gas, gracias. Yo sí que siento admiración por tí.
ResponderEliminarMigul, ya lucirá Febrero cálido y luminoso.
daalla,fíjate que a mí el mes que más me gusta es Noviembre. Cuando califiué a las ramas como "raquíticos dedos de los hijos del hambre", creo que solamente tú sabes a qhé me refería.
Lys, tu corazón es tan sensible... es un don que no todos poseemos.
Alejandra, si, puede que sea la vida que sigue su ciclo y renace de nuevo.
Eduardo Galván, desde entonces las hojas secas producen un poderoso influjo en mí.
Onubius, que bellas tus palabras. Creo que no las merezco.
Poetiza, celebro que mis letras provoquen en tñi recuerdos bellos. Es todo un halago.
El callejón de los negros, por supuesto que acabarán las lluvias. No se puede vivir en Sevilla un Febrero sin ese sol que abrillanta las hojas nuevas de los naranjos.
Sara, espero lo mismo que tú, aún a pesar de que me gusta mucho la lluvia.
Amor y libertad, y yo deseo de todo corazón que lo consigas.
Veinteañera, llévalo en tu próximo paseo por el río, pero no dejes que esas ramas secas te hagan daño al clavarse en tu alma.
Fepipe Sérvulo, otro abrazo para tí. Soy fiel seguidora de tus poemas y tus postales. El verlas y leerte me conmueven el alma.
La casa encendida, cierto, llega febrero y parece que se abre ante nosotros una vida nueva.Para nosotros en síntoma de nacimiento.
José Javier, no has podido retratarlo mejor. Es la cruz de guía de Abril.
Gracias a todos por leerme y por vuestos comentarios. Para mí son el más hermoso aliciente.
Abrazoz
Pase a darte un beso y a recrearme en tu poesía. Te vi, me gusto verte.
ResponderEliminarTal y como lo publicas... este mes que anda a medio camino me va a acabar gustando, con ese punteo de guitarra tan de la tierra con el que lo has hecho caminar por tu casa.
ResponderEliminarNo te lo dije antes, pero el reproductor de música te queda a medida, como un guante :)
Besos
Confiemos en ese futuro que aún está por llegar. En esas ilusiones puestas en un mes que nos anuncia una nueva estación que está ahí a la vuelta de la esquina. Lástima que nos vaya a dejar el invierno con lo que me gusta a mí el frío, jejejejeje.
ResponderEliminarUn besazo invernal.
Hermoso tu Febrero, poetisa, que, aún dentro de la bruma, ya despunta en insinuaciones de una nueva primavera.
ResponderEliminarTu mismo árbol del amor, aunque desnudo, deja ya entrever sus nuevos brotes de hojas fuertes, y sus diminutos capullos de futuras flores.
Recuerda que toda primavera se concibe y se engendra en el más riguroso invierno.