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Una mañana desperté de mi sueño y encontré a mi lado, aún dormida, a la tristeza.
Yo apenas si quería moverme para no despertarla porque sentía miedo, miedo de que se quedara conmigo y me acompañara para siempre.
Recuerdo que era un día de finales de noviembre y una niebla húmeda y gélida casi lo cubría todo, dejando entrever tan solo los contornos de los pinos tras mi ventana. Ni siquiera el trino de los pájaros sonaba como cada amanecer y ni una brizna de aire movía las hojas.
Era como si el mundo se hubiera parado.
La tristeza despertó y con una sonrisa me dijo “hola”. Yo retrocedí en mi lecho tal y como lo hubiera hecho ante una desfigurada aparición.
Ella acarició con lentitud mi rostro, dibujando sutilmente su contorno con dedos suaves como plumas.
“Te necesito”, me dijo.
Mis ojos temerosos se fijaron en sus ojos tristes, que se me antojaron solitarios.Y sentí una inmensa pena y una congoja en mi alma por la tristeza.
Ella ya estaba dentro de mí.
Sentí el dolor de su soledad y de su presencia siempre rechazada.
Y supe que esa tristeza no era ya una intrusa sino una parte mía, que yo necesitaba de ella al igual que ella de mí, porque las fluctuaciones que emanan de mi ser son tristes.
Desde entonces vive conmigo. Juntas miramos en las noches serenas el plateado tililar de las estrellas y el revolotear luminoso de las luciérnagas bajo la farola de la calle.
Y a veces, a pesar de ser tristes, reímos de felicidad.
Yo creo que deberian invitar tambien a la alegria a unirse a ustedes, y asi todo sería mas completo y mejor, y esas risas resonarían mas fuerte.
ResponderEliminarNo es buena compañia todo el tiempo la tristeza, madame, no lo es.
Buenas noches
Bisous
Vale más hacerse amigo de la tristeza, pues sabes que va a ser compañera en muchos momentos de la vida. Eso no es bueno ni malo, es un hecho, es como la ceptación de uno mismo.
ResponderEliminarPero como te dice la Dama Masquée para algunas cosas un trío es mejor que una pareja y la alegría es buena y útil compañera también.
Preséntale una a la otra y haz que también sean amigas, como lo son de ti.
Un abrazo.
Verdial, creo que no hay que temer tanto a la tristeza, en ocasiones es bueno hacerse amiga suya, y así luego salir renacidos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Maite
La tristeza y la alegria van de la mano!!se crusan todo el tiempo en los diferentes momentos de la vida! un gran texto, te dejo un gran beso y mi deseo de que seas muy feliz!!
ResponderEliminarMandala unos dias de vacaciones, quiza, cuando vuelva, ya no tenga sitio en tu corazon. Un beso
ResponderEliminarDulce y triste entrada. A veces la tristeza es necesaria en nuestras vidas y debemos aceptar que está con nosotros, pero nunca dejar que se apodere de nuestra alma y dirija nuestros corazones.
ResponderEliminarLa tristeza forma parte de ti, pero no eres TÚ.
Besos melancólicos.
la tristeza siempre esta con nosotros aunque dormida de vez en cuando despierta para hacernos la puñeta con perdon....
ResponderEliminarbesitosss y deja a la tristeza q siga dormida
Yo también tengo una compañera parecida a la tuya. La mía se llama melancolía. Nos llevamos bien. Hacemos cosas parecidas a las vuestras: comtemplar las estrellas, los rayos de sol entre las ojas, el crepúsculo, los pájaros...
ResponderEliminarMe enseña las maravillosas cualidades de la alegría y a saber valorarla. Vivimos las tres en buena armonía.
Besos.
Será una compañera más como tanto que se lleva en la maleta y juntas conoceréis y visitareis tantos lugares que os colmaran de felicidad.
ResponderEliminarBesos
Y que nuca se pierdan las risas :)
ResponderEliminarSe me antoja que este relato bien podría complementar al anterior, como una cara y una cruz, aunque no sean así exactamente, pues no veo cruces en tus escritos, nunca.
Besitos.
Es muy importante que nos habituemos a tener a la tristeza como amiga, saberla ahí dentro, forma parte de la vida y poder reir con ella, es estupendo hacderlo. La tristeza, nos guste o no, es parte de nosotros mimos, como la sonrisa, la risa, la felicidad que solo existe a momentos y todo lo que somos.
ResponderEliminarBesicos muchos.
La tristeza,amiga de muchas horas,pero es noble le da paso a las alegrias,se sabe segura y en contra de esto a veces no tenemos muchas opciones....Se sintio tu ausenacia el sabado ....un beso!
ResponderEliminarLa tristeza tiene su punto. ¿Que no?
ResponderEliminarYo ahora la tengo dentro de mi, pero estoy tranquilo porque sé que a ella no le gusta la esclusividad, dentro de unos días me dejará en libertad para que yo elija si sigo con ella o descanso de su compañía.
Preciosa entrada como otras tantas que tienes.
Saludos.
Realmente la tristeza es compañera de vida, una vez que se acopla, se integra con nuestro ser, se hace parte nuestra...también es posible compartir con ella, muchos momentos de alegría y felicidad, es otra de esas incoherencias de la propia vida.
ResponderEliminarQue precioso escrito!!!!
Un besín
La tristeza me acompaña todos los días, pero no por ello he dejado a un lado a la ilusión, a la sonrisa, a la alegría y todas y en cada momento me acompañan, búscalas tu tambien merecen la pena.
ResponderEliminarBesitos
Dos tristezas juntas ya no están solas, al compartir se hacen compañía.
ResponderEliminarSensibilidad a flor de piel
Un beso
Es que estar trsites a veces es estar felices, al menos, aunque parezca una locura, a mí me gusta estarlo.
ResponderEliminarLa Dame Masqueé, definitivamente la tristeza como compañera no es buena si se hace permanente, pero también es necesaria.
ResponderEliminarDaalla,en verdad que es buana idea eso del trío, pero fíjate que yo creo que tristeza y alegría van inevitablemente unidas.
Pande, si, eso pienso, a veces es bueno, ya lo he dicho antes.
Momentos de la Vida, gracias por tus bellos deseos de felicidad. Transmito lo mismo para tí.
Isabel, Je jejeje, que dices, con lo cara que salen las vacaciones.. para eso me voy yo. Un abrazo fuerte para tí.
Elisabeth, la puñeta y la repuñeta. Valiente puñetera que nos pisa la sombra.
Teresa, anda, pues también anda rondándome la melancolía. Yo creo que si tu y yo nos juntamos con ellas haríamos un buen grupo.
Luz de Gas, se llevan tantas cosas en la maleta... naces con ella vacía y hay que ver como se va llenando a lo largo de la vida.
Adr, en realidad se complementan, y aunque no lo veas, todos mis relatos van enlazados, aunque a veces no necesariamente en el orden cronológigo del tiempo (tu sabes bien de como se paran las manecillas de los relojes).
La Casa Encencida, yo hace mucho que la acepté, aunque me costó. Dolía mucho al principio.
América,ay no sabes como me contrarió el no poder estar. Aunque en la celebración familiar lo pasé muy bien, me quedó la espinita de estar un ratito con vosotros. Pero ya he escuchado toda la grabación.
Sara, andamos de acuerdo tu y yo. En esta y en otras muchas cosas.
Sevillana, es lo que hago. Si no se hiciera así, costaría el día a día.
Lys, por supuesto, y todo se ve distinto.
Dama, si tu supieras que a mí también a veces me gusta la tristeza. Por algo tiene que ser, digo yo.
Besos y abrazos
Que inmense belleza... Llorar de felicidad abrazada a la tristeza... Con lo facil que hubiera sido, simplemente, llorar con la tristeza.
ResponderEliminarUn abrazo, amiga
No deberíamos dejar que se convierta en compañera inseparable de nuestra vida. No niego que sintamos tristeza alguna vez pero saberla ahí a nuestro lado nos puede impedir hallar las cosas que realmente valen la pena. Sería un duro lastre.
ResponderEliminarUn besazo ligero.
Hola Verdial, la tristeza tantas veces es como la lluvia del alma, es necesaria para mirar luego distinto. A todo dolor sigue un gozo, reza el refran. Hay que conocerla y convivir con ella cuando toca la puerta o cuando la descubrimos esperandonos al amanecer.. Saludos y gracias por tu visita y enlace.
ResponderEliminarme ha gustado ese final, le imprime un cambio radical. escribes muy bien y además, tienes una excelente colección de blogs muy interesantes!
ResponderEliminarMadame, hay un premio doble para usted en este blog mío.
ResponderEliminarFeliz dia
Bisous
Hola Verdial,
ResponderEliminarla tristeza, si la escribes, deja de ser tristeza...
un beso grande
Mónica
La soledad es muy posesiva, cuando se instala en el alma pesa demasiado. No sé si esa soledad es deseada o obligada. Pero para lo que quieras estoy aquí. Muchos besos y para la soledad también y dile de mi parte que no se quede mucho contigo que mañana va la señora alegría, tal vez se hacen amigas.
ResponderEliminarLa tristeza nunca es demasiado positiva, claro está, pero regala más compañia que la señora soledad.
ResponderEliminarUn beso ALEGRE para que te sirva de antídoto.
Siento lo mismo.
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