Mira, te juro por la “salú” de mi madre que mi marido a veces es más tonto que Pichote.
Me he pillado un cabreo con él del quince, que ni te digo la que le pienso formar cuando llegue.
Resulta que la semana pasada, con la leche del viento levante que soplaba, el tendedero de tender la ropa salió volando como alma que lleva el diablo, y claro, cuando mi marido llegó del trabajo le dije que a ver, que me lo arreglara, y dice el bandido que el fin de semana, que tenía que comprar la cuerda y que a esas horas ya estaba todo cerrado, y que no iba a ir al Bricomarkt a comprarla. “Pos como va a ser eso, que mañana tengo que poner la lavadora, así que tú me dices que hago”. “Bueno te voy a atar lo que queda de la cuerda de pino a pino, y te avías”. “Vale”.
Y cuando voy al otro día a tender la ropa, se ve que la cuerda la había atado muy floja, y conforme yo iba tendiendo prendas el tendero se iba bajando. Cuando llevaba tendida la mitad de la colada yo ya tenía que tender de rodillas, porque vamos, la cuerda tenía la misma altura que el cordel de cuando las niñas juegan “al pasar la barca”. Yo además del cabreo estaba un poco avergonzada, porque la vecina de al lado estaba en la terraza y me estaba viendo, y digo yo, que mira si ésta se va a pensar que estoy haciendo penitencia por alguna promesa. Pa colmo de los colmos metí una rodilla en una caca del Tobi, porque el perro canalla se caga donde le da la gana. Menos mal que a mí ya no me da asco de nada. Un buen fregado de la rodilla mientras soltaba unas cuantas picardías y punto pelota.
Así que cuando vino le dije “mira que veremos a ver si no tengo que lavar otra vez la ropa, que anda arrastrando por el suelo” (y para más inri era la blanca), y dice él que como ya era viernes, que el sábado me ponía el tendero nuevo.
Y lo puso el fin de semana. Uno no, seis, así que yo me puse muy contenta porque así no tendría que esperar a que se secara una lavadora para tender la otra. Cabían todas.
Y de tender vengo. Pero ni te digo. El muy “puñetera madre” me ha puesto los tendederos, vamos, como si yo tuviera alas.
Al principio intenté tender de puntillitas como las bailarinas, pero nada, no llegaba. Luego dando saltos y tirando la prenda para que cayera en la cuerda, y claro caía pero “mu” malamente, así que no me quedó más remedio que coger la banqueta que tengo en la cocina y ya te puedes imaginar: coge una prenda, súbete en la banqueta, tiéndela, bájate de la banqueta…. Que raye he cogido, oye.
Ahora que “na” más acabar lo he llamado” pa” formarle la bulla; al trabajo pero me daba igual, ya podía estar en la quinta puñeta que allí lo llamo. “¿Qué pasa niña?” me dice melosillo. “¿Qué qué pasa? Que vengo de tender” “¿Y..?” “¿Y?… que tú estás pirao quillo, que vaya la que he pasado pa tender la ropa, joder, que he tenido que tender dando saltos. ¡Cuidao a la altura que has puesto los tendederos!”. Y va el canalla y se mea de risa. “Que no mujer, que luego las cuerdas se van bajando con el tiempo” “¿Con el tiempo? ¿Y cuanto es el tiempo ése?” “No sé, un par de semanas, depende de las veces que tiendas”. Pero todo esto me lo decía casi sin poder hablar de la risa.
Y digo yo, “mira, porque estás en el trabajo, que si estuvieras aquí ibas a tender tú con los co…”
Y le colgué, porque no me gusta pelearme, que ya le cantaré bien las cuarenta a la noche.
Pero al rato, se conoce que se me fue pasando el marrón (me duran muy poco), y me he pasado un buen rato muerta de risa.
Hay que ver, mira que pillar un rebote por una cosa tan tonta.
Y aquí estoy partida de risa cada vez que me acuerdo.
Este tío se ha creído que yo soy Pau Gasol.
*("Ropa Tendida" - Toñi Ordóñez)
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Cómo la vida misma!! Jajajaja
ResponderEliminarMuy simpático. Besos
Bueno, pues yo también me he partido de risa leyéndote.Y cuando venga tu marido, no le montes la bulla, mujer. Reiros juntos.
ResponderEliminarUn abrazo, Gasol, quiero decir, Verdial.
Jajaja, niña. ¡Que bueno! Me jartao de reir, ha sido muy visual.
ResponderEliminarBesicos y procura tender la ropa en el temino medio.
Asi que se van bajando con el tiempo. Entonces colocaba las cuerdas para un futuro, en vez de para un presente. Por lo visto hay que encargar el asunto unos cuantos meses antes de que se vaya a necesitar, para que cuando llegue el momento este a la altura adecuada.
ResponderEliminarPero buena es la capacidad de tomarselo a risa, madame. A veces nos agobiamos por cosas que, consideradas una hora despues, nos hacen reir.
Bisous
jajajaja seguro q las cuerdas bajaran,cuando? ahhhh mientras no se tiende jajajajaja
ResponderEliminarbesitosss
Pobresito el marido de tu historia, ¡si es que las mujeres no están nunca contentas!. Me figuro que con la risa que le entro a la señora el recibimiento al marido sería de categoría.
ResponderEliminarOjú, me voy corriendo pa la azotea y le subo a mi mujer los tendederos a ver si le entra la risa.
Muy bueno como siempre lo tuyo.
Saludos.
Hola Verdial, como me gustaría haber estado ahí para verte.
ResponderEliminarCuanta simpatía has puesto a tu historia con los tendederos.
Un saludo.
Que bueno que esta esposa le busco el lado jocoso a la situación y el marido como para que no pida más no coloco una sino varias cuerdas, con el detallito de la altura pero tuvo el buen gesto... Mejor reir de la situación que molestarse.
ResponderEliminarjajaja!! si que es gracioso!!es que uno esplota por cada tontería!jaja!
ResponderEliminarquedate tranquila que no sos la única!!! un gran beso!
¡Genial el "susedío"! Me parece que aún la estoy viendo saltando para colocar la ropa.
ResponderEliminarMe he tronchao de risa...
Podrías escribir un hermoso y divertido cuento con "susedíos" como este.
Gracias por alegrarnos la vida...
Mi consorte mide 1'96 y me colocó los tendederos para la lluvia (osea, dentro del lavadero) para que tendiese él y Gasol. Todo lleno de agüjeros que no sirven, ya que no llegaba a ellos como no fuese subida en una caja de botellines.
ResponderEliminarMuy simpática tu experiencia, al menos os reisteis un buen rato, y eso es lo que merece la pena, pese a los Tobis y sus "recuerdos".
Jajajaja. Hay que harta de reir me estoy pegando imaginándote.
ResponderEliminarEs que ese hombre tiene unas cosas y mira que decirte que ya se irá bajando, jajajaja.
Anda que anda.
Besos
Hola, me he reído mucho con esta historia y la verdad es que también he meditado, ¡mira que a veces nos cabreamos por cosas que no tienen importancia! procuraré de ahora en adelante, mirar el lado bueno cuando mi marido me hace alguna chapuzilla.
ResponderEliminarSaludos y que tengas un buen fin de semana sin mucha ropa que tender.
Un texto muy refrescante, Verdial. Trasmites vivacidad y sentido del humor a capazos.
ResponderEliminarUn beso
Jajajajaja! Amiga! jajajaj,que delicia,las imagenes van creandose en mi mente y es que de imaginar la situación y por supuesto el acento y las palabras me resulta divertidisima la escena!!!
ResponderEliminarDime que seria la vida sin las penas y sin estas cosas reales o no!....Destila humor y una aguda reflexión,pero que estamos para reirnos y celebrar tan fresco post!
PD:
Verdial prepara tu bikini que el próximo programa de Luz de gas viene en estos terminos jajaja,bueno bikini, tanga,entero que se yo!!.....
jejejejeje! mi querida verdial , mil gracias por este momento de risa que me has hecho pasar, que divertido!!!!y eso que no te gusta pelear jejejejeje, se ve mucho cariño hasta en el cabreo jajajajja y no te cabrees eh!!!pero es cierto, después con el tiempo van bajando jajajajaja.Sin acritud mi amiga! sin acritud! jajajaja
ResponderEliminarFantástica historia para el fin de semana, me lo he pasado bomba.
Cuéntame algún día, esa lección de motivación de tu hijo mayor, que a mi estas cosas me encantan y me servirá un montón.¡No lo olvides eh!
Un besín Muackkkkkkkkkkkkkk
No sé como llamarán en tu pueblo al chisme ese que se utiliza para colgar los chorizos de la matanza en los clavos de los maderos del techo canizo... Nosotros lo llamamos "guisque".
ResponderEliminar¿No se te ocurrió utilizar uno para tender la ropa?
La solución es sencilla. Que la tienda él y así te sigues partiendo de la risa.
ResponderEliminarHacía tiempo que no pasaba por aquí.
JL
jajajajja muy bueno, menuda imaginación, enhorabuena por el blog
ResponderEliminarBuenoooo..mientras solo sea la cuerda del tendal la que se va colgando hasta el suelo..pues como que no va mal la cosa...jejejeje.
ResponderEliminarEres buenísima contando historias, Hebrea..y con ese puntito alternativo que te convierte en exclusiva.
Un besazo.-
¡Que arte miarma!
ResponderEliminarQue me gusta ese toque de cercanía que tienen tus relatos miarma, porque al que más y al que menos le ha pasao una cosa así...
Yo no soy de hacer muchos apaños en mi casa, tanto es así que el taladro me ha puesto una denuncia en asuntos sociales por abandono.
Un saludasso.
wowwwwwwwwww jajajaja que me he divertido con esta historia tan bien contada. No te enojes por haberlo disfrutado tanto. Es que eres muy graciosa en verdad!!! Gracias por ese post tan bello. Me encantó .Un consejito sano: Hasta que se baje la zoga que tienda la ropa él, tú convéncelo de que es un buen ejercio. jajaja. Un beso grande.
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