jueves

Inmovilidad

("Window and Garden"-  Dibujo en Sepia 1906 - Caspar David Friedrich - Museo del Hermitage. San Petersburgo. Rusia.)


Me gustaría poder decir que tengo los miembros entumecidos de permanecer siempre (o casi siempre), en la misma postura, pero lamentablemente no puedo decirlo. Yo no puedo sentir mis miembros y tampoco mi voluntad tiene poder sobre ellos. Desgraciadamente para mí soy...
uno de ésos que están obligados a permanecer siempre inamovibles e inertes. Para agravar más la situación, también se me ha privado de la capacidad del habla.

No podría decir el porqué ni el cómo de este estado. Sí sé, que se produce desde el principio de mis orígenes, pero no acierto a dilucidar su causa o su motivo, ni me esfuerzo mucho en encontrarlo. Pienso que es mejor evitar divagaciones complicadas y creer que simplemente yo soy así. Nada más.

Como ya he apuntado antes mi postura es casi siempre la misma, bien recostado en la cama, bien apoltronado en la butaca, con las extremidades esparcidas de cualquier manera, tal y como cayeron en el momento en que los brazos que me cuidan me depositaron allí, cosa que por otra parte tampoco me afecta mucho, pues al fin y al cabo, mi falta de sensibilidad evita el desear cambiar de postura.

La vida para mí transcurre monótona y apática, carente de metas e ilusiones, falta de movimientos. Casi podría decir que en lugar de vivir, vegeto. Sí, desgraciadamente así es: mi vida pasa vegetando, cargada de días vacíos y espesas noches interminables, desesperando en mi espera a que llegue la claridad del alba para poder sentir que de nuevo comienza el ajetreo en la planta baja.

Ya se escuchan ruidos de cacharros en la cocina (preparan el desayuno), grifos que se abren y agua que corre, y por supuesto un intenso aroma a café recién hecho. Voces sordas, risitas, murmullos… siento que se acerca uno de mis momento más anhelado… y efectivamente no me equivoco. Comienzo a oír por el corredor pasos cada vez más cercanos que se paran ante mi puerta. Entonces se abre y ella entra, me mira e inmediatamente me muestra su maravillosa sonrisa. Se acerca, me besa la frente, me acicala, me dice que me ha preparado el desayuno y en brazos me deposita cuidadosamente en la butaca. También me dice, como cada día, que a su vuelta me guiará a efectuar algunos movimientos. Ella, mi cuidadora, mi ángel. Sus manos son mis manos y mis piernas. Sin ella yo sería aún menos de lo que soy, o sea, nada.

Cuando ella se marcha las horas pasan para mí lánguidas y cargadas de sopor, mirando impasible cuán lentas se mueven las manecillas del reloj del estante colgado en la pared. Cada tic- tac se ralentiza más a medida que pasa el tiempo, marcando unos segundos que se desgranan impasibles, y que incluso a veces dan la impresión que se paran.

Afortunadamente, y esto tengo que agradecerlo mucho, siempre me deja colocado de cara a la gran cristalera de la ventana, ante la que hay plantada una enorme jacaranda. Ella, con sus transformaciones estacionales, me da las pautas para conocer el paso del tiempo según el estado de sus hojas, de sus ramas y de sus movimientos.

A través de los cristales puedo ver el mundo de fuera, la vida que late tras ellos y que a mí me está vetada pero que a la vez me proporciona la oportunidad de poder meterme en la piel de aquellos a los que veo.

Así, sé de la existencia del anciano de una de las casas de enfrente, con el que desde esta butaca, salgo cada día a tomar el sol. Está viejo y torpe, de pasos lentos y cortos que consigue dar arrastrando los pies ayudado por un bastón. Los días lluviosos no sale y se queda como yo, mirando pasar la vida a través del vidrio empañado.
También me escapo con los niños que brotan cada día del portal de al lado hacia la escuela, trotando como potrillos. Yo troto con ellos, río con sus risas y comparto sus juegos.
Otras veces acompaño a la señora del Primero C hasta el supermercado, o la panadería, o a cualquier sitio que vaya y le ayudo con las bolsas de la compra.
De esta manera, aunque ellos no lo sepan comparto sus vidas, que me ayudan a pasar las monótonas horas hasta que ella, mi ángel, llega.
Sin lugar a dudas, todo este entorno es un gran apoyo para la situación en la que me encuentro, que tengo asumida y aceptada, pero que de tanto en tanto rechazo por no sé qué zarpazo de rebeldía que me corre por el interior.

Y así, entre escapadas imaginarias, sueños imposibles y esperanza absurda, desmenuzo el rosario del tiempo dejando atrás, con cada cuenta, los minutos que faltan para su regreso.
Cuando eso se produce, puedo decir que vivo los momentos más maravillosos y felices de toda mi existencia. Me habla ella de cosas tan hermosas, me coge con tanto mimo y cuidado que más de una vez me he sentido sobrecargado de felicidad.

Pero lo que más agradezco y me emociona de todo es, cuando ella me insiste a intentar andar y mover los brazos. Esos momentos son indescriptibles, toda una ceremonia. Con mucho amor ella me levanta y me obliga a estar de pie a la par que me sujeta con una mano. Mientras tanto, con la otra, va tensando y desenredando (si es que se han enredado), los hijos que salen de mis pies y mis manos, y que van fijados a unas crucetas de madera, crucetas que ella sostiene en cada una de las suyas. Cuando ya todo está preparado deja de sujetarme, y me deja solo, esforzándose en darme movimiento a través de los hilos y las crucetas.
Yo me dejo llevar y por la magia de los movimientos de sus dedos comienzo a volar. Sería incapaz de describir esos momentos, tan vitales para mí. Alas de plata surgen de mis extremidades. Yo tomo vida.

Ahíto de energía mis miembros se desbocan desafiando las leyes de la gravedad. Danzan primorosamente, vuelan por el aire, realizan saltos imposibles y piruetas propias de acróbatas, integrándose en un revuelo de movimientos que ante mis ojos desprenden un inimaginable colorido y luminosidad.
Me envuelve entonces una lluvia de estrellas y fuegos artificiales y la felicidad me desborda a raudales sacando de mí los saltos más sorprendentes.

Luego, ya cansados, ella me toma de nuevo en sus brazos y me deposita suavemente sobre la cama, me limpia el sudor por el esfuerzo, coloca adecuadamente mis miembros en una postura que me resulte cómoda, dejando depositados a mi lado los hilos y las crucetas y me besa la frente a la par que me da las buenas noches.

Yo no sé como agradecerle todo lo que hace por mí ni puedo decírselo, pero sé no hace falta hablar para que ella lo sepa: siempre que vuelve a besarme la frente antes de apagar la luz, ve la lágrima que escapa de mis inertes ojos de madera. Ojos de marioneta.

32 comentarios:

  1. Triste destino el de la marioneta, madame, tener que esperar a que alguien mueva sus hilos y decida darle amor. No muy diferente a la situación en la que se encuentran algunas personas, por otra parte.

    Buenas noches, madame

    Bisous

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  2. Impactante y triste relato, donde los sentimientos danzan, haciendo latir el corazón del lector. Me he emocionado hasta las lágrimas. Bello muy bello. Un verdadero puente de amor entre los personajes.Felicitaciones!!Un abrazo

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  3. Que bello relato y cuanto sentimiento.

    Un saludo.

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  4. Eres el hada madrina que das vida a las más bellas historias con la varita mágica de tus palabras.

    Besos
    Teresa.

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  5. Te aplaudo, me ha encantado, ha merecido la pena leerte. Creíamos que hablabas de otra cosa, triste y lamentable, y termina por saberse que se trata de una marioneta que nos cuenta su vida a través de ti. Por cierto, me ha encantado el lirismo de cuando explicas su movimiento. Me ha conmovido y te nombro "polizón en travesía"

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  6. No es mala vida para una marioneta. Más triste es cuando se es "marioneta" no habiéndo sido.
    Tu relato describe la vida de mucha gente que por distintos motivos se han quedado en estado semi vegetativo.
    Muy buen post amiga.
    Desde Coruña un besiño.
    Diana

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  7. Verdiallllllllllll! que bonita!se le puede dar tantas lecturas, tantas interpretaciones...por eso me encantan tus textos...
    Hay personas ahora mismo, que actuan como marionetas, ¡que digo!!!! muchas marionetas están más activas que muchas personas, una tristeza.
    Hoy...es uno de esos dias que me siento como marioneta...y llegas tú con esta historia preciosa.Si fuese marioneta quisiera que moviese mis hilos La Humanidad, la amabilidad, la sencillez, la solidaridad, la alegria...........¡que dificil en estos momentos!
    Un besito de finde, yo este finde me voy al berreo de los ciervos, puede que hasta me quede allí con ellos jajajajaja.
    Muackssssssss

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  8. ¡Cuánta magia y cuánta poesía, Verdial! Y cuanta trsiteza también si en lugar de una marioneta ves a una persona descapacitada por cualquier razón.
    Besos

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  9. Enhorabuena Verdial, por este conmovedor texto. Es francamente bueno, y con mucha pulcritud, me ha encantado.

    He venido enseguida que he visto que tenía un comentario tuyo, sé que te fuiste, y que hace días que habías vuelto, porque en una entrada me dejaste un comentario, y la verdad como durante ocho días he estado con obras en casa se me pasó, no veas como me ha quedado ésta, lo peor mi alergia, hasta el lunes no empiezo a limpiar, en el único lugar que puede estar es en mi habitación, que no la han tocado.

    un fuerte abrazo

    Maite

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  10. wow que grande, gracias por compartirlo

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  11. Otra página impresionante que nos llega de tus manos.

    Si al final nos das un respiro, pero es una licencia que tomas para que podamos respirar tranquilos al alejarnos, pero ese poso que nos dejas es todo un homenaje tanto para el que no se puede mover como para los que ayudan a aquellos que no pueden, pero con una sutiliza y belleza extrema.

    Besos artista.

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  12. Amiga, que texto tan bello como impactante... Creo que nos has dejado a todos "con la boca abierta" leyendo tus palabras...

    Al final, al descubrir que se trata de un "simple artilugio de madera" uno incluso ha suspirado con cierto alivio... Aunque luego, cuando se lo ha pensado, se ha dado cuenta de que no habia motivos realmente para suspirar...

    (De vez en cuando, delante de esa marioneta, coloca esa bella imagen de las "Alegrias" de Romero de Torres... Seguro que se siente feliz...)

    Un abrazo, querida amiga

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  13. Un relato precioso, muy conmovedor y plagado de sentimientos. Un fuerte abrazo.

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  14. Gran relato y muy bonito blog, muy cuidado.
    Me pasaré a menudo.
    Saludos

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  15. ""La felicidad sólo es real cuando es compartida""

    No sé quien lo dijo pero hasta una marioneta puede ser feliz si alguien mueve sus hilos con amor.

    Saludos flamencos

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  16. Hola mi querida Verdial.

    Desde la primera linea me atrapo el texto,quería llevarte ventaja al principio,impaciencia por un relato tan conmovedor.
    El paralelismo con la vida que algunos deben llevar es impresionante,tocas las fibras mas sensibles,llegas y eso impacta profundamente.

    Cuanto podemos dar y cuanto necesitan otros,a veces en nuestras manos están reconfortar a alguien,cuanto recibimos cuando damos.

    Verdial hermoso,muy hermoso.

    Un abrazo muy fuerte!

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  17. Sabes como llegar al lo mas hondo cuando demasiadas marionetas fruto del destino deambulan por la inmovilidad de no sentir esa mano amiga que desgrana el sentimiento mas locuaz e inaudito cuando se carece de ello, apreciar el movimiento sin poderse mover...


    Abrazzzusss

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  18. Conmovedor pero sabes...me gusta ese final inesperado: la marioneta, esos ojos que pueden llorar ante un beso.

    Bss
    Mónica

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  19. Precioso relato. Como estamos comenzando el otoño estoy algo melancólica, y me da por pensar que, en ocasiones, hay seres animados que no sienten casi nunca, ni siquiera esos instantes de felicidad.
    Un besito para la marioneta, y un montón para ti, Verdial.

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  20. Impactante!!!! Verdaderamente impactante.

    Me dejaste con un nudo en la garganta.

    Un placer leerte.
    Saludos.

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  21. Un relato genial.
    Pensé que era una persona, lo cual habría sido terrible pero no por ello menos auténtico. De todas formas la idea de la marioneta me pareció buena idea, aunque quizás ablandó un relato que caminaba por una senda aterradora, pero escrito de una forma magistral.
    Un abrazo!

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  22. Gracias por tus comentarios en el blog de poesía. Ultimamente navego poco por los blogs de amigos pero me gusta saber que estais ahí.

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  23. Que bello escribes Hebrea , maravilloso texto, te admiro profundamente dAma de la letras.

    LA GATA ACTIVISTA!

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  24. Precioso, lleno de sensibilidad e intensidad. Ese lágrima que acerca la vida después de un beso me ha llenado .
    Felicidades .
    Un beso .

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  25. Haces reflexionar con mil y una interpretaciones.
    Me encanta hacer ese ejercicio con tus textos.

    Escribes muy bien. Gracias por compartirlo.

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  26. Me despistó un poco el principio, pero pronto he comprendido y disfrutado tu historia, Un marioneta con alma, inquietante pero hermoso.

    Un abrazo

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  27. Hola Verdial: He venido para darte las gracias, por tus visitas consecutivas.

    He estado leyéndote en otras entradas, me han encantado, te dejo aquí el comentario, porque de la otra manera, no te darías cuenta.

    un abrazo

    Maite

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  28. La Dame Masquée, cierto, es muy triste el destino de las "marionetas". Siempre me han dado pena.

    Alma Mateos Taborda, dices bien: un puente de amor entre los personajes. Es lo que he sentido con mis marionetas.

    Bego,gracias por tus palabras. Celebro que te guste.

    Teresa,tú si que eres un hada madrina.

    Capitán Clostridimun, me siento muy halagada con ese nombramiento, No te defraudaré.

    Diana,en verdad se trata de una manioneta mimada, pero no por éso excenta de iniciativas propias.

    Sara,sería tan hermoso poder mover los hilos de la Humanidad y eliminar todos aquellos que dañan...

    Daalla, tal vez por éso se diga de esas personas que "son como una marioneta", aunque hay otras que lo son por iniciativa propia.

    Mº Teresa Alejandra, espero que esas obras ya hayan terminado. Yo le temo tanto a una obra...aunque luego se agradece.

    Malacay,gracias a tí por tu visita.

    Luz de Gas, sabes, esas personas, merecen, además de un homenaje, un público reconocimiento por su trabajo, lealtad y consagración a tan maravillosa tarea.

    Antiqua, hay personas que lamentablemente se sienten como marionetas, y marionetas que desean ser personas.

    Alolia, otro fruerte abrazo para tí.

    Xibeliuss, aquí tienes tu casa para cuando desees y necesites.

    Pedro Delgado, es así como yo entiendo que se deben mover los hijos de las marionetas: con amor.

    América, guapa, ojalá que no tengamos nunca que sentirnos como marionetas. En ninguno de los sentidos.

    Onubius, "...no hay nada más bello que lo que nunca he tenido; nada más amado que lo que perdí...".

    Mónica López Bordón, Mi madre simepre me decía que las marionetas tenían vida.

    Irene, también yo me pongo melancólica en el otoño. Es la estación propicia para imaginar cualquier cosa.

    Salvadorpliego, tantas veces en la vida sentimos ese nudo.. afrotunadamente en este caso es tan sólo por una ficción.

    Moderato Dos Josef, También yo últimamente visito poco a los amigos, pero como dices, es un placer saber que están.

    Gata, corazón mío, que placer tenerte en mi casa. Ahora me paso por la tuya.

    Loli Martínez, Si es que hay besos que a veces nos hacen llorar.

    Dama, tus palabras me hacen sentir muy halagada. Soy de las que se desmerecen mucho.

    Lys, una marioneta de madera. Desgraciadamente también las hay de carne y hueso.

    Mª Teresa, gracias por hacérmelo saber.

    Como siempre, besos, abrazos y gracias por vuestras visitas. Sin vosotros no habría razón de publicar.

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  29. Desde que me diagnosticarfon la esclerosis mútipe siempre he sentido el fantasma de la sea de ruedas com una espada de Damocles.hoy al entrar por tu ventana y leer este texo no podia evitar sentir un nudo en la garganta..me ha parecido tan real!...como siempre es un magnifico relato.un beso enorme navegante!

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  30. Violeta, lamento mucho los momentos que atraviesas, y que mi relato re haya causado desazón. Contrariamente a la marioneta de mi cuento, tú tienes vida propia, capacidad de desición y racionalidad.

    Un abrazo

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  31. Muy bueno!!! de verdad que eres sorprendente y muy gratificante como se dice por aquí Perú (tu casa) ¡¡¡Gracias por estar allí!!!

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  32. Hace falta que publiques estos relatos en impreso los necesito para leer en el metro o en la cama porque son excelentes...

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