martes

Reyes Magos

Imagen de este lugar

Las mantas de la cama me tapan hasta las orejas tan metido estoy bajo ellas. Hecho un ovillo y con los brazos muy pegados a mi cuerpo intento por todos los medios mantenerme inmóvil y a duras penas lo consigo tal es el estado de nerviosismo que me embarga, pero como dice mi mamá, pienso en nubes blancas y esponjosas que se antojan algodones de feria y el temblor desciende.

Es que hoy, esta noche, estoy muy nervioso. Esta noche vienen los Reyes Magos. Los tres Reyes Magos de Oriente, subidos en sus camellos y colmados de regalos para todos los niños que han sido buenos.
Mi mamá dice que lo he sido y yo también lo creo. He procurado ignorar los comentarios jocosos que sobre mí hacen mis compañeros de la escuela, sobre todo cuando me llaman tullido porque nací sin un pie y aunque yo no lo sienta así, parece que me hace ser distinto de los demás. A mí no me importa mucho esa “tara” como la llaman los otros chicos, porque la verdad es
que no me causa demasiados problemas diarios, me las apaño bien con la muleta, pero a ellos les parece algo enorme y a veces me rechazan en los juegos por culpa de ello.

Mi mamá me dice mi mamá que eso no tiene importancia, que cuando tengamos algo de dinero me someteré a una operación que lo corrija y seré un niño como los demás, que lo haremos para que nadie pueda mofarse de mí y mostrar crueldad para con mi pequeño defecto. Dice también mi mamá que verdaderamente a ella no le importa porque me quiere igualmente mucho pero…a veces la he sorprendido mirándome con una expresión extraña, y también he visto un atisbo de oscuridad en sus ojos observando el muñón de mi pierna al que le falta el pie.
Yo intuyo que aunque lo niegue, mi mamá también sufre por ello.

Este año, igual que los anteriores, me he portado muy bien con ella, como se merece. Le he ayudado en las tareas de la casa cuando llega cansada del trabajo y entre los dos hemos preparado la cena cada noche, la escasa cena, algo cotidiano desde que papá nos abandonó dejándonos metidos en una vida de estrecheces que en ocasiones rozan la miseria. Mi papá desapareció un día llevándose el poco dinero que mamá guardaba en su cajita de caoba y nunca más supimos de él. Ella dice que no pasa nada, que nosotros podemos sobrevivir dignamente y sin vergüenza, pero yo a veces, cuando ella cree que no la miro la veo llorar y siento que toda esta situación le viene grande. Una noche la oí hablar sola, como si rezara, y pedía una oportunidad para escapar. Seguramente si algún día tuviéramos dinero podríamos huir de esta miseria. Iríamos en una inmensa nao cruzando los mares del sur para asentarnos como bucaneros en una isla alejada del mundo, única para nosotros dos.
Es muy buena mi mamá y también muy guapa. Este año como tantos otros, me ayudó a escribir la carta a los Reyes Magos, y me incitaba a que pidiera todo aquello que deseaba. Decía que como son Magos, me lo traerían todo, pero yo desconfío, porque ningún año me lo traen. Cuando más un par de juguetes que en definitiva no se asemejaban siquiera a los que yo había pedido.
Pero este año será diferente. Eso dice mi Mamá.

Mantengo los ojos fuertemente apretados y miles de lucecillas iridiscentes se pasean debajo de mis párpados engurruñidos. Yo sueño a que es la estela que deja tras de sí Campanilla e imagino que soy Peter Pan, capaz de derramar felicidad a todos los niños y permanecer siempre con ellos. No quiero dejar de ser niño.

Hace ya rato que la casa está en silencio. Intento dormirme pero no puedo, tal es el estado de agitación que me embarga… pero tengo que dormirme, los Reyes Magos no me pueden ver despierto, se llevarían los juguetes tan deseados….
Ignoro el tiempo que he pasado en la misma postura sin llegar a conciliar el sueño. Tengo miedo de abrir los ojos y encontrarme con la claridad de la luz del día entrando por la ventana y no tener juguete alguno. Dice mi mamá que a veces a algún niño le ha pasado por ser desobediente, pero que eso a mí no me sucederá.
Continúo sin moverme y algo hace que no pueda evitar sobresaltarme. Es un tenue ruido que procede del exterior, tras la ventana. Con todas las fuerzas de mi ser me hago el dormido, quieto, inmóvil intentando contener la respiración y el temblor que me embarga… Toc, toc, toc… Dedos enguantados golpean el cristal y el sordo sonido me aterra. Toc, toc, toc. ¡Abre! Susurra una voz. Yo me meto más entre las sábanas. Abre, no tengas miedo, somos los Magos de Oriente. Con más curiosidad que temor abro los ojos y saco la cabeza de la cobertera. Miro… casi no me lo creo, tal vez me haya dormido y esté soñando, pero están allí, llamándome para que les abra la ventana. Y yo, alardeando de valiente voy y les abro, y ellos entran luciendo ropajes de oro y plata y capas de armiño. Sus barbas aparecen esponjosas y suaves, y a Baltasar le brilla el rostro como el azabache. No hablan y me apremian a acercarnos a la cama. Nos sentamos y derraman ante mí su saco del que se desprenden todos los juguetes que les había pedido y más. Allí está la Galera Romana de Paymobil, el Helicóptero Teledirigido, una Video Consola, un Monopatín… y un sin fin de regalos que yo ni siquiera me había atrevido a pedir. Sigo creyendo que sueño y ellos, como magos que son, adivinan mi pensamiento:
“No sueñas estamos contigo y vamos a llevarte al País de Nunca Jamás para que conozcas la verdadera felicidad. Serás un Peter Pan que dará felicidad a muchos niños.”

Un cierto temor se apodera de mí. ¡Mamá!– llamo -. No responde. Estará dormida, no acude.

No tengas miedo, me dicen, iremos con los juguetes para que puedas disfrutarlos. Yo intento confiar en ellos y me dejo hacer. Melchor me toma en brazos y todos salimos por la puerta de cristales de la ventana que da al exterior, por la que han entrado. Comienzo sentirme bien, nada malo puede ocurrirme porque estoy entre los brazos del rey.
Al llegar a la puerta de casa veo por entre las barbas de Melchor a mi mamá apoyada en el quicio, mirando. Su rostro es sereno y relajado, tranquilo, su mirada de satisfacción. Yo quiero hablarle pero aprietan fuerte mi boca y mi voz queda apagada. Empiezo a sentir pánico.

Es usted muy caritativa señora, se pueden salvar muchas vidas con los órganos de él. La suya no merece la pena, tan miserable, desdichada y tullida. Hizo lo mejor, una buena obra de caridad.

Y siempre por entre las barbas de Melchor observo como mi mamá cuenta billetes de dinero. Entonces siento algo en mis fosas nasales y me adentro en un oscuro y largo túnel que no tiene final.
Sé que jamás volveré.

27 comentarios:

  1. Pues me hubiese gustado "leer mas", pero no sale nada. ¿Está muerto el niño?, ¿su madre lo vende por dinero?, ¿es una pesadilla?. Me has dejado con ganas de saber que pasó. Un beso, y que te traigan muchas cositas

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  2. ¡Uf! Me has dejado hecho un guiñapo. ¡Qué barbaridad!
    Tremendo relato.

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  3. Verdial!!!impactante tu historia de Reyes y tan real, esta es la miseria del mundo y...
    ...es tanta!!!que yo a veces siento que no resisto más...
    ...pero como soy muy fuerte
    ...igualmente en la lucha, va la ilusión, la ensoñación y sueño y pido a los magos de oriente, que algún día nuestras generaciones puedan ser buenas, muy buenas unos con otros, todos con sus semejantes
    ...verdial
    ...dime tú
    ...¿será una de esas ensoñaciones de las mias?
    precioso relato para comenzar el año, comienzas fuerte
    Te dejo un abrazo lleno de cariño bien verde.
    Muacks

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  4. Sí sucede, es cierto, pero de una madre??? Me haz dejado estremecido, imagino que todo será un mal sueño de los que siempre tuvimos cuando éramos pequeños que éramos recogidos, huerfanitos, etc. Un besote Gracias Verdial!!!

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  5. Me has dejado sin palabras, solo el pensar que una madre pueda hacer lo que hizo en tu relato, me entran escalofrios.
    Felices Reyes, un beso

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  6. Verdial,duro y crudo el relato,pero puede en ocasiones,ser reflejo de una realidad que existe,más alla´de leyes y religiones,más allá "del amor materno" .

    En fín este relato me gustó,está fuera de serie,auténtico.

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  7. No puede ser nada más que una pesadilla.
    Si existe esta maldad, no me la quiero creer. Me niego en rotundo.
    Como cuento es maravilloso y malévolo.
    Un beso

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  8. Jo, Verdial. Te digo como todos. Ya sé que los finales felices sólo existen en los cuentos pero es que con éste nos has dejado sin saber ni qué decir. La verdad es que no me esperaba eso de una madre... En fin, a ver si hay un segundo capítulo que lo arregle...
    Besos

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  9. Uy niña, ¡que fantástico relato, me ha encantado!!!
    Ea, se ve que a las dos nos gustan los ¨Reyes Magos, son mágicos.

    Besicos muchos.

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  10. Mi querida Verdial me has dejado desnuda el alma.
    Entre el suspenso y esa imagen que nos deja un final que nos impacta.
    Tienes todo lo necesario para entrar en nuestras emociones y temores.
    Es el texto, lo que encierra ,a la par de estar estupendamente escrito.

    Mi admiración como siempre.

    Un fuerte abrazo!

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  11. Cariñín!
    Qué triste cuento!
    Me ha dado mogollón de pena.Qué sueño tan terrible para un niño.

    Verdial, espero que los Reyes M. te hayan traído muchas cosas bonitas y nos lo cuentes en el próximo post.
    Un besote desde Coruña.
    Diana

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  12. Vaya relato... al principio has conseguido transportarme a la infancia, las mismas sensaciones que él tiene... pero menudo final, aterrador... da mucho que pensar. Saludos!

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  13. Hay poco que decir tras los comentarios de arriba. Me gusto mucho tu relato, me dejo fuera de lugar por unos instantes en que se creció la impotencia de saber que hay casos así, que no es solo imaginación, desgraciadamente es así, no hay palabras para describir el terror que produce tu final y aun asi ese sabor agridulce coincide con la realidad, hay que seguir conviviendo con esa realidad que demasiadas veces nos deja ko...

    Abrazzzusss

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  14. Verdial como me veo reflejada en tu relato, pero la diferencia es que mi hijo nació bien, un accidente lo dejo parapléjico, ahora gracias a su esfuerzo camina, y es curioso, la pierna amputada debajo de la rodilla es más potente en el muslo que la otra pierna que le ha quedado muy delgada, y el pie no lo sienete ni lo mueve, lo peor unos dolores neuropácticos que van disminuyendo de momento en intensidad, o quizás se haya acostumbrado, todo viene porque le faltan dos vértebras, está abierto desde la base del cuello hasta el coxis, huy que bruta... en su momento así fue, ahora claro todo está cicatrizado, hasta el dolor tan inmenso de entonces, hoy en día ha aceptado, hemos aceptado su nueva vida, y es mi mayor apoyo y consuelo, de verdad es un ser fuera de lo corriente, nunca a excepción de mi padre he conocido a una persona tan noble y honesta como él, y que se preocupa mucho por mí, qué orgullosa estoy.

    un abrazo, tesorete

    Maite

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  15. Creo que se me ha helado la sangre en las venas. Fantástico y terrorífico relato. Me recuerda un comentario de una compañera de trabajo, que recriminé duramente, sobre una niña pudiente, gravemente enferma, por la que se lamentaba comentando: "con todos los niños que hay por ahí llenos de mierda en la calle".
    Como si ellos no tuvieran igual derecho a vivir, como si no fueran tan queridos como esa niña y a sus padres no les causase el mismo dolor su enfermedad.


    Besos
    Teresa.

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  16. Bastante duro...

    Pero es que además está lleno de tantas cosas este relato, siempre con esa capacidad extraordinaria de conmoverme verdial.

    Besos.

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  17. Amiga, que relato tan tremendamente triste... Me has dejado hecho polvo...

    Eres una maga en el arte de impactarnos con tus palabras... Nos dejas sobrecogidos.

    Menos mal que uno sabe que estas cosas nunca han pasado ni pasaran...

    Un fuerte abrazo, querida amiga

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  18. Wowwww… Esto es tener imaginación. Intenso, definitivamente.

    Un placer leerte. Saludos.

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  19. Ay que no me lo vi venir. Estaba tan metido en la ilusión del crío y recordando que yo lo sentía igual que me pilló desprevenido. A pesar de la maldad, que nadie pierda jamás la ilusión...

    Un besazo ilusionado.

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  20. Ufffff..Ahora mismo justo después de leerte, me he convertido en una sólida arista de estalactita, colgada del final de este cuento.

    Como veo que has dejado (a posta) un final no sea demasiado claro..pues yo quiero que mi final particular sea el producto de una terrible pesadilla que tuvo el niño.

    Los miedos de un niño en una noche tan emocionante como es la de Reyes, si además van envueltos con grandes lazos de nervios.. pueden ocurrir estas cosas.

    No. No puede haber, ni quiero que haya otro final.

    Besos

    P.D Ojalá que los Reyes te hayan traido muchas cosas bonitas. Te las mereces todas.

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  21. Para otros niños debió ser una maravillosa noche de Reyes, aunque sea a costa del sufrimiento de una madre toda bondad. Duro relato, me hizo llorar, debo estar especialmente sensible.
    Añoro enormemente esas noches de hace muchos años, cuando mi hijo era un niño, ya no volverán, quizá no supe disfrutarlas, habrá que esperar a los nietos.
    Besos.

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  22. Como se que eres muy sensible, me encantaría saber tu opinión sobre el drama de Haití.

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  23. Isabel, es tal cual, cada uno que le de la interpretación que quiera, pero la idea mía es la que tú expones.

    Xibeliuss, aunque es inventado se que a veces se han cometido este tipo de acto, aunque no exactamente con esos personajes.

    Sara, Que este nuevo año te traga toda la serenidad que necesitas, como bien dices ha entrado fuerte.

    El Drac, En este caso ficticio es una madre, pero otros casos hay que hacen lo mismo las mafias.

    Sevillana, bueno, es un relato pero tiene algo de certero.

    Marucha, tú lo has dicho: más allá de leyes y religiones y más allá del amor materno.

    Dalla, ésto es un cuento y no tiene un final feliz, como tantos episodios de la vida.

    No cogé ventaja miarma,a veces las pesadillas están sacadas del mundo real.

    La casa encendida, y tan mágicos...

    América, aunque sorprenda, son cosas que pasan. Guapa.

    Diana, Lo malo es que no era un sueño...

    Málaga, efectivamente es para pensar, e incluso para darle la metáfora adecuada.

    Onibius, lo has clavado: existe esa realidad.

    Mª Teresa Alejandra, tu testimonio me ha dejado sin palabras. Tomo mi ánimo para ti y tu familia, y disfruta de él, que eres muy afortunada: lo tienes.

    Mª Teresa SánchezMartín, que durísimas palabras ¿puede haber alguien que llegue a pronunciarlas y a sentirlas?.

    Esperanza, Gracias, si soy capaz de conmover con mis letras, me doy más que por satisfecha.

    Antiqva, No estoy tan segura de que no pasen.

    Salvadorpliego, un placer para mí tu visita.

    Dani Hunting, estoy segura que todos de niños hemos sentido igual (menos el final, claro).

    Felipe Sérvulo, gracias, tus palabras significan mucho para mí.

    Alternativa, si te viene mejor a ti, tómalo como una pesadilla. Ya sabes que a los relatos le puedes dar la interpretación que quieras.

    Mónica López Bordón. Besos ante tu mudez.

    Irene,Yo también añoro esas noches, lo mismo las de cuando yo era pequeña que las que lo eran mis hijos. Digo lo mismo que tú: habrá que esperar a los nietos.

    José Luis, encantada de darte mi opinión.

    Besos a todos y gracias por vuestros comentarios.

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  24. Crudo relato, historia que lastima el corazón , más aún cuando está tan cerca de la realidad.
    Un abrazo.

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  25. Que suerte que haya tantos escritos. Me ha maravillado lo que he leido hasta ahora seguramente disfrutaré igual lo que me queda por leer. Gracias por escribir, definitivamente eres excelente.

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