martes
Miserere
miserere mei deus-Diana Balboa
Ella no hablaba, yo no hablaba, y la radio sintonizaba quedamente música de los 80. Vano intento de penetrar en nuestros oídos; el agua que caía ensordecía cualquier otro sonido.
Brotó repentino un suspiro de su pecho y vino a esconderse en el mío, corazón latente al compás del repiqueteo del agua en la luna mojada del coche.
Suspiro mudo y apago que aún a pesar de su silencio resonó en nuestros cerebros con un único nombre: Cristina.
Racheó el viento y el volante vibró entre mis manos. Golpetazos de agua se estrellaban contra el cristal.
Cristina ya no estaba. Cristina se marchó ayer.
Incomprensible para mí la nueva situación de Cristina. Preguntas reberveando en mi mente que se rompían en miles de partículas sin encontrar respuesta.
Recordaba su voz tenue de tan sólo unos días atrás. Voz agotada, cansada tal vez de tanto caminar en manos de la ausencia.
Cristina, último lazo de unión con mis raíces paternas; mismos genes, misma sangre, tal vez misma memoria familiar heredada de aquellos otros que también partieron.
- Hace frío - La voz de mi madre quebró el silencio, más continuamos sin pronunciar palabra.
Me aferré a su brazo al coronar la entrada del templo y siempre sin hablar, nos acomodamos en un banco solitario. Había poca gente. No parecía tener muchos dolientes Cristina. Sin embargo a mí me dolía.
De repente, y procedente de la parte de atráz, comenzó a sonar un rachear de pasos y un escalofrío me recorrió la espalda. No me volví, no miré, pero en tan solo unos instantes la comitiva ya estaba a mi altura. Se hizo el silencio y entonces yo dejé de estar allí y volví a aquél otro lugar, en aquel en otro tiempo, volví a ese otro Silencio del Templo.
No parecían tocar mis pies el suelo, y mis ojos apenas divisaban los cortornos de lo que me reodeaba. Desapareció el olor a cera quemada, el murmullo de los dolientes y el doblar de las campanas a difuntos.
Ellos vinieron, me tomaron de la mano y me llevaron consigo.
Mi abuela a su cama de sábanas blancas, testigos de su último suspiro.
Mi padre a aquella fría mesa de operaciones, única compañera en su partida.
Y él, sobre todo él, imberbe, adolescente, inocente y puro, con su mano delicada me llevo a penetrar dentro de un amasijo de hierros y metales retorcidos sobre el candente asfalto.
Madre, hijo, nieto. Ascendientes y desdencientes en una única unidad. Ahora yo sabía de sus últimos sentimientos, finales miedos a aquello que se desconoce.
Entonces algo incomprensible me hizo sentir aleada con ellos; no, no es éso exactamente, algo me hizo sentir fuertemente su presencia dentro de mí. Los intuí como parte mía y tuve (tengo) la certeza que desde que se fueron han estado conmigo, formando parte de un solo ser. Y dentro del dolor me embargó una felicidad distinta y refulgente, energía totalmente nueva para mí.
No estoy sola.
LLoraba. Abrí los ojos y miré. Madera de miel que brillaba en la sombría estancia. Madera, el último vestido de Cristina. La toqué mientras pasaba a mi lado y supe que ella también estaba conmigo.
Fuertes ráfagas de viento casi nos impedía andar y el agua arreciaba cuando salimos de la pequeña iglesia. Yo me sentía extraña (no digas extraña, dí distinta) y dejaba que el agua me empapase. Emprendimos el camino de regreso.
De vuelta a casa y una vez seca me metí en la cocina, confusa, desorientada, duditativa (no dudes de algo que has vivido) y comencé mi trajín de cada día disponiéndome a cocinar un potaje de garbanzos para el almuerzo de hoy.
No sabía porqué pero lloraba (mi retoño, siempre has sido muy llorona) y hasta pensaba que esa lejana rama de locura familiar me estaba afectando (no es eso y lo sabes), o que tal vez se puede soñar despierta. ¿Se puede distinguir acaso entre algo real y algo imaginado y provocado?, (no es imaginación algo que se siente en todos y cada uno de los poros de la piel) tal vez la mente juegue extrañas situaciones (mira, mira y ten la certeza de que no ha sido un juego )... Entonces algo sucedió, y yo llamé a mi hijo para que me dijera que lo que estaba sucediendo era cierto.
Esto que cuento es real y me ha ocurrido hoy. El resultado final es tan sorprendente que prefiero guardarlo. Como se suele decir en las coletillas de algunas imágenes o lecturas, "puede herir la sensibilidad del lector."
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Pues vaya con la intriga que me has dejado, casi hubiera preferido que me hubieras herido mi sensibilidad, pero bueno ya nos contaras.
ResponderEliminarMás extraño que nada es la partida de alguien tan cercano, no sabemos nada de lo que pasará después, a lo mejor no sucede nada o puede que si, podemos crearnos castillos en el aire pero la verdad no la sabremos hasta que llegue ese momento, cualquier cosa asociada a ello nod ejará nunca de sorprendernos.
Una delicia leerte como siempre compañera blogosférica.
Un beso.
Cuando alguien cercano a nosotros se va, nos deja energía, nos deja una parte de de ellos.
ResponderEliminarMe has conmovido con este escrito.
Un beso
T
Se nos va un trocito del alma tras lo seres queridos que nos dejaron; pero nos queda su recuerdo
ResponderEliminar""Se la llevó Dios
a la mare de mi alma.
Si era porque la quería,
eso lo respeto yo;
pero s'allevaito mi alegría""
(Malagueña de El Mellizo)
Saludos flamencos
Somos energía eso es lo que pasa. Gran post. Un poco "Espeluznante"eso sí.
ResponderEliminarBesos.
No sé qué decir Verdial, sólo que tengo sentimientos muy parecidos, y muchos y vívidos recuerdos de personas que se fueron hace mucho, mis abuelos maternos, mi padre, mi cuñado, personas a las que quería, con las que a veces sueño, y que a pesar del tiempo, las tengo muy presentes. Creo que es cierto eso que dicen, nadie muere del todo mientras haya alguien que lo recuerde.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Estremecedora tu historia ¿Dices que te ha pasado hoy? Me dejaste este comentario en mi poema “La razón del ángel”: Que hermoso es sentir que hay algo que está ahí, invisible, atento y vigilante de nuestro YO.
ResponderEliminarLa respuesta que he dejado a tu comentario es esta:
Puedes sentir que “algo” está atento y vigilante a nuestro yo, sólo hay que abrir los ojos del corazón, pero estos seres a los que me refiero son ángeles de carne y hueso, que se quebraron, física o psíquicamente (no en su espíritu), al entrar en este mundo. Son los discapacitados físicos y psíquicos, como es el caso de mi tío. Son ángeles.
Algo está ahí que vela por nosotros. Te aseguro que te entiendo y puedo adivinar que ocurrió. Lo que se ama nunca muere. Los que nos aman nunca nos abandonan. Cuando muera mi tío, a quien va dedicado el poema, será ángel y cuidará de mí.
Un beso y fuerza
Teresa>::<
Que bonito!!!leer este texto tuyo hoy me deja un sabor especial, hace tanto que se fue una persona adorada por mi, hace tanto!!!!,pero desde ese día, desde su partida, ha estado en otra dimensión cuidándome, guiándome, protegiéndome, fortaleciéndome, ella...esa mujer increible, valiente, buena, fuerte , preciosa, MI ABUELA, está siempre cerquita mio, conmigo.
ResponderEliminarPreciosisimo post, te felicito y te agradezco lo que me has hecho sentir.
Un abrazo
Hola Verdial.
ResponderEliminarEspero que el "el resultado final" que no quieres revelarnos sea el que yo deseo que sea.
Tremendo relato, niña.
Un besiño desde Coruña.
Diana
Hay cosas extrañas y sensaciones que solo una sabe de ellas, por eso mismo es mejor dejarlas estar o que duerman en nuestro interior.
ResponderEliminarSiento esa pérdida que tanto te ha dolido, pero tú sabes que a tu lado está.
Besicos y disfruta de la vida.
Que realidad tiene ese potaje de garbanzos...
ResponderEliminarMe ha encantado tu historia, recibe un beso solidario y fuerte.
Lo que te sucedió me hizo recordar a mi padre..de alguna forma siempre esta conmigo.
ResponderEliminarUn abrazo amiga.
Yo tambien prefiero que "hieras mi sensibilidad" antes de dejarme así, esperando lo mejor.
ResponderEliminarMuchas veces he pensado que las mejores y grandes cosas son precisamente las que no se ven pero sí se sienten.. Entonces..por qué nos empeñamos siempre en "ver para creer" y no en " creer para ver"??.
Nos queda TODO por descubrir.
Un besazo.-
ESTOY COMO JUAN, VERDIAL, PREFERIA SABERLO TODO HASTA EL FINAL !!! AUNQUE ME HIERA LA SENSIBILIDAD !!!! AY QUE INTRIGA FEROZ !!!!
ResponderEliminarTU FORMA DE RELATAR ES UNICA !!!
SOS MARAVILLOSA
MIL BESOS
KLAU ♥
No sé que decirte, amiga, sólo que has sido capaz de escribir us sentimientos y eso no es fácil
ResponderEliminarEspero que el pasar de los días alivie tu dolor.
Un abrazo. J.J.
Un relato muy fuerte, cuando alguien cercano se va, multitud de sensaciones extrañas borbotean en tu interior. Un beso
ResponderEliminarLejos de la muerte está lo que los escépticos llaman “instinto de supervivencia”, otros lo llaman “apego a la vida”.
ResponderEliminarLa muerte será simplemente el adorno al regalo de la vida; y la de aquellos que se marcharon quedará impregnada en la nuestra.
Lamento esa tristeza que te envuelve y me gustaría pensar que el final de la historia es tan sorprendente como reconfortante.
Un abrazo, amiga
Mi padre esta en la uci, ayer le dio un infarto, con 54 años...
ResponderEliminarNo se que hacer, o como me tengo que sentir...
No se lo que va a pasar.
Me ha encantado lo que has escrito, lo que has vivido.
Solo espero que tenga un final feliz.
Sorprendente entrada. Increíble texto que nos deja abierta la mente a otras posibilidades y nos hace reflexionar.
ResponderEliminarA veces, la ficción o la realidad necesitan formar parte una de otra para poder tener sentido.
Un beso querida Verdial.
Música y letras perfectas, bailando juntas, aunque el Miserere no sea idóneo para eso pero sí para mecerse. Y yo me he mecido. Siempre me pasa cuando leo tus historias.
ResponderEliminarBesos
Luz de Gas,bueno, tal vez en alguna ocasión lo cuente aunque resulte fantasioso. Lo que sí es cierto es que ocurrió, y que además yo lo viví sin miedo y como lo más natural del mundo.
ResponderEliminarTormenta, desde luego. A veces pienso que la vida eterna es esa energía que no muere nunda.
Pedro Delgado, maravilla esta mañagueña, y la letra no puede ser más certera.
Esperanza, diste en el clavo creo.
Irene, y que reales son los sueños que tenemos con los que partieron. Cuando despiertas tienes la sensación de que realmente ha ocurrido.
Teresa, efectivamente tal vez existiera un presentimiento al dejarte el comentario. Más o menos a la misma hora moría Cristina.
Sara, a pesar de que tu abuela ya no está, sigue viva en tí. Todo eso que tu sientes hace que siga viviendo.
Diana, puede ser que sea el que tu piensas. Desde luego no es nada terrorífico ni la primera vez que me ocurre un episodio similar, lo que pasa es que nunca le he dado un sentido "distinto".
La casa encendida, lo curioso es que no noto ese sentimiento de pérdida.
Dama, gracias por tus palabras y es un placer que te guste mi potaje. A mi me encantan.
Noche, hablas tantas veces de tu padre que creo que tu sentimiento es igual al mío. La pérdida de mi padre supuso para mí un dolor tan tremendo y tanto desamparo a pesar de que ya tenía mi vida propia y había abandonado el nido hacía muchos años. Pero eso no mitiga el dolor ni el amor.
Víctor Rocco, gracias por tu visita. Ya me pasé por tu blog.
Alternativa, te lo contaré. lo prometo.
Klau, tú si que eres maravillosa.
José Javier, todo pasa y todo queda. En este caso queda solo lo bueno.
Isabel, no has podido describirlo mejor. Te haces tantas preguntas que no tienen respuesta... afortunadamente luego todo vuelve a su cauce.
Sirena Varada, tal vez ese "apego" es lo que hace que se siga viviendo. Algo del que se va se queda en cada uno de nosotros.
Final Alternativo, ya me pasé por tu blog y te dejé mi comentario sobre la situación que atraviesas. Ojalá ya se haya recuperado.
Aguao, yo pienso que todo entra dentro de lo posible, sobre todo cuando se trata de un mundo del que desconocemos todo. ¿No dicen acaso que todo está dentro de nosotros mismos?.
Adr, no sabes la alegría que me ha dado tu regreso. Ya me pasé por tu casa y te he visto renacer de nuevo, tal y como yo esperaba.
Besos a todos.
!Bueno! Encontré la forma de dejarte un comentario. Ya lo sabes, me gusta tu prosa.
ResponderEliminarMe ha gustado tu blog, "Sabor añejo." Me asomaré con asiduidad.
Magnifico museo para el costumbrismo. ¿Tienes la suerte de tener aun personas que te trasmiten esa tradicción oral?
Besos
Marisabel