Que Seas Feliz - Mari Trini
("Taza de Café Expréss" - Lienzo de Aquí )
Miraba absorta el marrón dorado del humeante café de la taza que tenía ante sí. El movimiento circular de la cucharilla provocaba un torbellino en el líquido oscuro, que parecía querer engullir dentro de sí todo lo que estuviera a su alrededor. Deseó ella sentirse arrastrada por esa fuerza y desaparecer en el tiempo y el espacio, absorbida por el ambarino liquido. Pero no ocurrió nada de eso. Por el contrario cesó en sus movimientos y poco a poco el brebaje tomó una presagiosa quietud.
Alzó despacio su vista de aquél marrón dorado y la depositó en el marrón dorado de los ojos que tenía frente a ella. Su mano izquierda permanecía asida a la derecha de la de él, ambos frente a frente, clavando los ojos en los del otro, haciendo esfuerzos por remontar de nuevo el vuelo que habían intentado a emprender juntos y que otra vez, como antes, como ayer, iba cayendo en picado.
Se observaban como lobos queriendo provocar un celo que los mantuviera unidos como antaño. En él, el celo era evidente, a ella le era imposible alcanzarlo.
No les hacía falta emitir justificaciones ni explicaciones; sus miradas, también como antes, como ayer, iban ahítas de palabras no pronunciadas e intuidas en lo más hondo, tanto era lo que se conocían.
El oprimió su mano, ella lo dejó hacer por no rechazarle el gesto.
Tomó un sorbo de café amargo y a la par sintió la amargura de no ser capaz de volver a sentir.
Indudablemente el tiempo cambia los sentimientos y no se puede hacer fuego donde sólo habitan cenizas de otro espacio que ya han viajado hacia otro lugar.
Y despacio se soltó de su mano y él la miró más intensamente, queriendo atraerla nuevamente.
“No”.
Su voz sonó firme.
“Hace mucho que perdimos un tren que no tenía retorno”.
Se levantó y salió a la calle dejando en el marrón dorado del café, todas las ilusiones que perdieron en el camino, y en el marrón dorado de los ojos de él una infinita tristeza.
Lo que da de si un café!
ResponderEliminarNo hay marcha atrás, aunque sería hacia delante y cargadas de ilusiones.
ResponderEliminarQue se le va a hacer.
Buen café Verdial
Besos
Me alegro el haber conocido tu blogs,me has sorprendido muy gratamente,seguro que aprenderé mucho leyendote, no me duelen prendas al decirte que lo haces muy bien,tengo que mejorar aún mucho yo para estar a tu altura.
ResponderEliminarSeguro que cada dia entraré y seguiré tus relatos.
Un beso.
Hola querida Verdial.
ResponderEliminarOtro texto maravilloso pleno de detalles e imagenes fabulosas,la escena tan bien lograda del café,el movimiento en la taza,su color y su aroma que casi se puede sentir.
Los protagonistas absolutamente bien logrados en la situación en la que cada cual se encuentra,dos puntos alejados sin que puedan volver a coincidir en alguna ,como ir en paralelo sin coincidencias.Me encanta el punto de tensión entre ambos.
Un abrazo muy fuerte escuchando ese bello tema que seleccionaste.
Desear lo mejor aunque la despedida rasgue el corazón ayyyyyy!....Siempre parece que hay alguien que da más.
coincidir en alguna intercepción quiero decir.
ResponderEliminarHermoso lo que has escrito. El amor hay que alimentarlo día a día, a cada instante, con pequeños detalles en el que hacemos sentir importantes día a día a las personas que tenemos a nuestro lado. A cuantas parejas les pasa lo mismo es difícil volver a sentircuando todo se ha ido de las manos. besos
ResponderEliminarhttp://el-ser-bohemio.blogspot.com/
Ayyyy Dios, ojalá las cosas no fueran tan complicadas y bastara con que uno de los dos mantuviera la llama encendida; pero la realidad es otra y lo tremendamente duro es saber dejar atrás algo que ya terminó.
ResponderEliminarUn beso
Gracias por la bella frase que dejastes en mi blog. Hermosa!. Me gusta mucho tu trabajo, al que sigo fielmente.
ResponderEliminarRecibe un abrazo,
Cinzia
Como ya han comentado, el amor hay que alimentarlo día a día; bueno, y tantas otras cosas...
ResponderEliminarSaludos.
Te estoy leyendo y al mismo tiempo me esta esperando una buena taza de café, no va a ser con este marrón dorado.
ResponderEliminarQue bonitas frases recitadas en tu poema, llenas de amor.
Un beso Verdial
Mi querida y admirada verdial! en tus tonalidades verdes, hoy se nos cuela un marrón dorado precioso....un marrón dorado....que nada tiene que envidiar a esas otras tonalidades verdosas, ¡¡tal vez....es porque es otoño!! y todo se viste de esos marrones dorados, marrones rojizos, marrones verdosos....y es que tú eres grande verdial....no sólo en los verdes....sino en todo el colorido que tienen tus relatos, de los que.... sabes soy admiradora fiel.
ResponderEliminarMe encantó leerte....eso no es novedad....gracias por compartir estas historias tan preciosas.
Abrazotedecisivo y mi mirada cómplice, desde mis ojos marrones dorados jajajaja.
No cabe duda de que el otoño ilumina a tus musas.
ResponderEliminarUn besote.
P.D me has despertado las ganas de tomarme un cafe bien cargado.
Que bien narrado, Verdial...
ResponderEliminarUn abrazo
Todo adquiere otra dimensión en ese marrón dorado, pero no evita la distancia de dos seres que se quisieron.
ResponderEliminarCuando la llama se apaga es difícil volerla a encender, solo queda el aroma... como el del café.
Qué momentos tan tristes y qué bien los narras. Puedo ponerme perfectamente en el lugar del uno y de la otra.
ResponderEliminarUn abrazo
¿El marrón dorado es una tonalidad de verde? En tus palabras creo que si.
ResponderEliminarUn saludo canastera
El valor que hay que tener para darse cuenta de que las oportunidades han pasado. Es duro pero necesario consiguiendo evitar hondura en el dolor que ya se tiene.
ResponderEliminarUn besazo indomable!
Un texto maravilloso.
ResponderEliminarUn beso
Flor
Cuando hasta el rescoldo se apaga, no hay manera de volverlo a encender. No, no la hay si ese fuego fue de amor.
ResponderEliminarSaludos
Muchas veces me he imaginado protagonista de una escena así. En mi caso preferí, previsor que fui, no ir a tomar ese café. Y acerté.
ResponderEliminarBesos.
Muy bonito, Verdial, y muy triste por la realidad que encierra. Cuando esto sucede el vacio debe de ser inmenso.
ResponderEliminarMucho afecto
Hola Verdial!
ResponderEliminarAsí esd la vida, no podemos retener los sentimientos, noo podemos hacer fuego de las cenizas porque las cenizas ya no arden.
Muy bonito y muy triste.
Un besote desde Coruña.
Diana.
pd.
Sabes que iré a Sevilla en breve?
Me encantaría "chulearte" un cafetillo
Verdial...describes tan bien las situaciones, detalladamente que transportas al leerte al sitio dóde nos quieres llevar...
ResponderEliminarHay que conservar,mimar,cuidar el cariño porque si no, se escapa...
Y, no es más triste el olvido que el engaño?
ResponderEliminarNo sé, a veces, sólo a veces, así me parece.
Excelente prosa poética
Saludos
Estoy devolviendo poquito a poco los comentarios de mi última entrada, no puedo escribir nada nuevo por enfermedad, lo digo en mi última entrada, ni tan siquiera leeros.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Maite
Ay, amiga, que relato tan tremendo de desamor... Produce heridas al leerlo.
ResponderEliminarManejas con maestria tremenda los relatos, amiga. Es una inmensa satisaccion leerte.
Recibe otro abrazo, Verdial
Quede constancia, amiga, de que soy el ANTIQVA de siempre... Se me escapo otro nombre...
ResponderEliminarOtro abrazo
Un placer volver a recorrer tus letras.
ResponderEliminarHola, usted quiere tener un PageRank mas alto y más visitas? Vamos a hacer un intercambio de enlaces! entrar aquí y seguir los pasos!y para un servicio tecnico en Madrid entraaquí
ResponderEliminarMe estoy poniendo al día en la lectura de tus entradas. La realidad pesa tanto que a veces hay que caminar arrastrando los pies. Cuando la llama se apaga es inútil quedarse mirando la cenizas que no van a resucitar.
ResponderEliminarUn abrazo.